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Indiana Jones y el Cetro de los Reyes

Látigo, sombrero y tropiezos.

Ciertamente, una aventura de Indiana Jones no sería tal sin las obligadas escenas de persecución a los mandos de diversos vehículos, tales como motosidecars o aviones. Aun a riesgo de sonar repetitivo, la idea funciona pero en la práctica pilotar y disparar con estos cacharros es frustrante. Además, como pasa con las otras secciones de peleas y tiroteos, las persecuciones vehiculares son como minijuegos insertados en el decurso semiplataformero general del juego, resultando así una experiencia altamente deshilachada y muy poco homogénea. A esto hay que añadir la inexistencia de botiquines o de elementos para recuperar la salud de Indy: su medidor de vida se recarga automáticamente al inicio de cada sección, pero mientras dure cada segmento de juego estaremos limitados y obligados a recorrer cada parte como se nos exija, so pena de tener que reiniciarla y volver a recorrerla por completo gracias a unos inexistentes puntos de guardado intermedio.

Sólo en las partes más orientadas a la exploración se puede decir que los controles del juego pueden ofrecer una muestra de lo que debiera haber sido este Indiana Jones y el Cetro de los Reyes. Salvo un cierto grado de imprecisión que nunca llega a hacerse particularmente molesto, los movimientos resultan adecuados, encajan correctamente con el escenario y nos pueden llegar a meter en la piel del doctor Jones y hacernos pasar un buen rato. Esto se experimenta de manera particularmente satisfactoria cuando se juega el mucho mejor modo cooperativo –centrado en la exploración y los puzzles físicos- en el que uno de los jugadores encarna al padre de Indy, cuya mera aparición es ya un punto a favor del título. Hasta qué punto el tono general del juego hubiese mejorado de haberse centrado en este aspecto es algo que habremos de dejar a la valoración personal de quien quiera y pueda probarlo, pero seguramente la experiencia general habría resultado mucho más agradecida y divertida.

Aquí podéis ver a Indy apagando fuegos.

Es triste tener que decir que, promesas aparte, el mejor resultado que ofrece Indiana Jones y el Cetro de los Reyes sea la inclusión como elemento desbloqueable (o directamente comprable para los que hiciesen una pre-reserva del juego) del maravilloso clásico de LucasArts Indiana Jones and the Fate of Atlantis, del cual os ofrecimos un excelente –hay que decirlo- análisis en Eurogamer.es hace muy poquito, así como unos pocos atuendos cachondos para nuestro avatar (podremos jugar, en un ataque de paroxismo freak, con Indy vestido de Han Solo). Pero más triste aún es tener que reconocer que un juego con estas posibilidades –y de veras que el título apuntaba buenas, muy buenas maneras- haya terminado por concretarse en esta pobreza de resultados: nada duele más a un admirador de la saga que descubrirse insultando a Indy porque no hay manera de que responda coherentemente a lo que le ordenamos. Semejante irreverencia no puede ser perdonada.

4 / 10

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