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Infernal: Hell's Vengeance

Pecado capital.

¿Recordáis Infernal, un juego de acción en tercera persona para PC que se publicó hace un par de años? Si vuestra respuesta es negativa (lo cual es más que probable) no os preocupéis, porque no os perdísteis gran cosa. Pasó con más pena que gloria por las estanterías de las tiendas, lo cual hace que su aparición ahora en Xbox 360 sea todavía más incomprensible. Quizás, pienses, es que han solucionado los problemas del producto original para adecuarlo al año 2009. Pero te equivocas: Infernal sigue siendo un juego mediocre.

Lo cierto es que la premisa inicial es bizarra (digna de auténtica serie Z), pero mínimamente atractiva. El jugador toma el control de Ryan Lennox, un ángel caído que ha sido expulsado de Etherlight, la organización de ángeles "buenos", y que pasa a formar parte de la organización de los demonios, The Abbyss, cuando sus antiguos compañeros intentan eliminarle. Sí, un FBI de ángeles y un KGB de demonios... así de extraño es el argumento de Infernal. Lástima que todo quede ahí, y que todo lo que viene después sea una consecución de clichés en una historia no demasiado bien resuelta.

Como agente del infierno que es, Lennox posee una serie de poderes demoníacos. El más importante de ellos (y el que usaremos más) es la posibilidad de recuperar energía absorbiendo las almas de los cadáveres que dejaremos a nuestro paso, pero el efecto colateral es que dicho poder hace del juego un paseo demasiado fácil. Otros poderes, como el teletransporte o la visión especial, son bastante anecdóticos y tan sólo los usaremos en momentos puntuales. De lo que si echaremos mano con algo más de frecuencia es la posibilidad de "cargar" las armas para efectuar ataques más potentes, pero la pena es que el armamento que tenemos a nuestra disposición es tremendamente genérico y poco atractivo.

Lo que termina de condenar a Infernal es un control muy poco preciso y que en determinados momentos resulta particularmente frustrante. No tiene precisión en los disparos (algo básico en un juego de acción), el sistema de cobertura es rematadamente malo y, en términos generales, el esquema de control es muy mejorable. Súmalo a una IA para los enemigos extremadamente simple y el resultado es un juego repetitivo y aburrido a partes iguales. Hay algún que otro puzzle para otorgar algo de variedad, pero su simplicidad es tan insultante que acabas deseando que ni siquiera estuviesen ahí.

Infernal hace gala, además, de alguna de las decisiones de diseño más estrambóticas que he visto en mucho tiempo. Por ejemplo, a pesar de que podemos guardar la partida en cualquier punto no hay ningún sistema de autoguardado, lo cual significa que tendremos que irlo haciendo de forma manual cada ciertos minutos si no queremos tener que repetir buena parte del nivel en caso de que nos maten. Lo peor del caso es que esto lo descubrirás demasiado tarde, cuando probablemente llegues al final de un nivel, apagues la consola y el día siguiente te encuentres teniendo que empezar desde el principio.

Tampoco tiene demasiado sentido que Lennox, un tipo con superpoderes demoniacos y capaz de sobrevivir a cientos de balazos a bocajarro, muera sin remedio cuando cae desde alturas no superiores a tres metros aterrizando sobre agua. Infernal está plagado de pequeños detalles como este, o como el insoportable sistema de respawning de enemigos, que arruinan por completo una experiencia jugable que tampoco es para echar cohetes.

Técnicamente Infernal no destacó en PC, y desde luego tampoco lo hace en la consola de Microsoft. Los gráficos son bastante pobres, con texturas de bajísima resolución, y el acabado general tiene un aspecto anticuado, mucho más propio de la anterior generación que de la actual. A nivel sonoro sigue el mismo patrón mediocre, con pocos efectos repetidos hasta la saciedad, una música machacona muy poco destacable y un doblaje (en inglés, aunque al menos hay subtítulos) que deja entrever que los actores tenían mucha prisa por abandonar el estudio.

Infernal: Hell's Vengeance es un claro caso de port a consola desarrollado para obtener dinero fácil (aunque me sorprende que sus creadores fuesen tan ingenuos como para pensar que se saldrían con la suya). Dos años después de la publicación de la entrega original para PC, lo lógico hubiese sido que Playlogic solventara los numerosos problemas del juego o añadiese algún bonus que justificase su compra. Pero no, todo lo malo de Infernal continúa ahí, y para acabar de rematar la faena, el trabajo de conversión deja bastante que desear. Si ya habéis terminado con el resto de juegos de acción del catálogo de Xbox 360 o sois unos ávidos coleccionistas de logros, quizás merezca un alquiler. Pero de lo contrario, no os recomendaría bajo ningún concepto visitar este particular infierno jugable.

3 / 10

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