Infinity Blade
iOS se desmelena.
Lo mejor es que el control es fácil e intuitivo y en seguida nos hacemos con él. Esto puede dar la sensación de que el juego es sencillo y que se nos puede hacer pesado en cuanto nos aprendemos las mecánicas de los adversarios. Pero nada más lejos de la realidad; cada vez que iniciamos una nueva partida, nuestros enemigos adquieren un abanico de movimientos más amplios, son más rápidos y más diestros con la espada. De esta manera se consigue que cada partida sea más compleja que la anterior y nos permite adquirir más habilidad para poder enfrentarnos al Rey Dios.
La única pega del control tiene que ver con la versión de iPad, pues al tener la pantalla de mayor tamaño hay ciertos botones o acciones que quedan en el centro de la pantalla y al jugar con los pulgares tendremos que estirar los dedos más de la cuenta.
Lamentablemente el título no es perfecto, y si bien las batallas son geniales, las transiciones entre estas no lo son tanto. Se nos presenta un mapa amplio, detallado y vistoso, pero solo podemos ir donde nos marca el juego. Casi siempre tenemos que avanzar en una sola dirección; en algún caso hay un par de bifurcaciones, pero nunca podemos volver atrás. Las dos primeras veces está bien, pero a la larga se hace repetitivo. Quizás hubiese sido mejor suprimir estas secciones o en cualquier otro caso ir más allá y hacer un point-and-click bien implementado como en Epic Citadel, un sistema que nos permitiera explorar el mapa a nuestro antojo.
Y llegamos al tema de la presentación, que como hemos dicho al principio es el elemento que más destaca del juego. Gráficamente es lo más potente que se ha visto en un dispositivo portátil -y ya no decimos teléfono, ampliamos el abanico hasta las consolas-. Combina las bondades del motor gráfico Unreal con un diseño medieval más que decente. El resultado es apabullante, limpio, con texturas en alta definición, y una tasa de frames muy estable que deja en ridículo a todo lo visto hasta ahora en una PSP o en una PS2. Especial mención para la iluminación y el reflejo del mármol en la parte superior de la torre, así como el movimientos de las nubes.
Por si todo esto fuera poco, el juego ha llegado con la promesa de una expansión, con más contenido, armas y un modo online para no dejar bicho viviente en cualquier parte del planeta. Algo que no hace más que recordarnos que la plataforma de Apple se está nutriendo de grandes títulos que, cada vez más, aprenden a exprimir su potencia. Este Infinity Blade no es más que una gran demostración de todo lo que está por llegar, y el ejemplo de cómo una jugabilidad sencilla no tiene por que ir unida siempre a una estética visual de este tipo.
Infinity Blade está disponible en la App Store para iPhone 3GS, iPhone 4, tercera y cuarta generación de iPod Touch y iPad por 5,99$.