Avance de Injustice 2
¿El traje no hace al héroe?
Injustice: Gods Among Us, publicado en 2013, era el juego de lucha perfecto para los fans del noveno arte. Tenía un plantel de personajes envidiable, un argumento con un what if tan loco como atractivo, toneladas de contenido y unas mecánicas sencillas de comprender pero difíciles de dominar, basadas en los sistemas del fantástico Mortal Kombat 9. En este E3 Warner Bros. ha presentado la inevitable secuela, y nuestras primeras impresiones tras jugar varias partidas son bastante positivas.
Como en la primera entrega, el nuevo Injustice incluirá un elaborado modo historia (esperemos que, una vez más, con un desquiciado guión de Tom Taylor) en el que se enfrentan los héroes y los villanos más icónicos del universo de DC Comics. En la demo que probamos en el E3 había huecos en el roster para veintiocho personajes, pero de momento sólo hemos podido ver a seis: Batman, Superman, Aquaman y tres novedades: Supergirl, Gorilla Grodd y Atrocitus. Respecto a escenarios, están confirmados Gotham City, Metropolis y Atlantis, pero nos prometieron que habría bastantes más.
La gran novedad de Injustice 2, en cualquier caso, es lo que los desarrolladores denominan Gear System. Básicamente la idea es que en la nueva entrega se puede personalizar a los diferentes héroes con piezas de equipo (guantes, cascos, capas, armaduras, etc.) que modifican varias estadísticas, haciendo que nuestro personaje mejore ciertos ataques o su resistencia, por ejemplo. Estos objetos, que generan miles de combinaciones distintas, se obtienen gratis tras finalizar cada combate, ganes o pierdas, y también existe una opción para editar los colores. Al final, dicen, a los pocos días del lanzamiento "ya no habrá dos Batman iguales".
Este concepto de personalización suena interesante y a nivel visual abre un mundo de posibilidades, pero también genera unas cuantas dudas (para empezar en los desarrolladores, que aún no se atreven a confirmar si se extenderá al multijugador competitivo). La más evidente es cómo afectará al equilibrio de los combates; puede darse el caso de que un jugador tenga equipo muy avanzado que haga a su personaje especialmente fuerte, y no sabemos si habrá alguna forma de compensar esta ventaja si nosotros todavía disponemos de objetos más sencillos. También veremos si esto no es una puerta para la introducción de las temidas microtransacciones, porque parece una característica hecha a medida para justificar la implementación de esos sobres que tan de moda se han puesto en esta generación.
Por lo demás, Injustice 2 es el típico juego de lucha que uno esperaría de NetherRealm, con una accesibilidad en los controles que no va reñida con la profundidad del sistema de lucha, un alto grado de interacción con los escenarios, arenas con varios niveles, el sistema de duelos del primer Injustice y poderes especiales muy vistosos gracias a un buen uso del Unreal Engine. En este aspecto los desarrolladores se han desmelenado bastante abrazando sin tapujos la exageración propia de los cómics de superhéroes; pudimos ver, por ejemplo, como Superman salía despedido rebotando por varios edificios como si fuese una bola de pinball tras recibir un golpe por parte de Atrocitus, o como Batman ataba a Grodd con su gancho al Batwing para elevarlo por los aires y rematarlo con varios misiles entre las nubes.
El nuevo Injustice, que una vez más apunta a que tendrá contenido a espuertas, puede ser la opción ideal para aquellos usuarios que no acabaron de quedar satisfechos con Street Fighter V y, evidentemente, para los fans del universo DC. Cualidades tiene, desde luego, y si NetherRealm es capaz de solventar algunos de sus reiterados puntos débiles, como el código de red para los modos online, podríamos estar ante uno de los títulos más interesantes del género para 2017.