Intel despedirá a 15.000 empleados y reducirá más de 10.000 millones de dólares en costes
Se paraliza el "trabajo no esencial".
Intel, el fabricante más importante de procesadores para PC, ha confirmado que despedirá a más de quince mil empleados como parte de un plan de reducción de costes por valor de diez mil millones de dólares para 2025.
La intención del fabricante norteamericano es reducir notablemente también sus gastos en investigación y desarrollo y marketing. Los gastos se reducirán este año un veinte por ciento y se reestructurará el negocio para "parar todo el trabajo no esencial" y revisar "todos los proyectos activos y el equipamiento".
El CEO de la compañía, Pat Gelsinger, ha afirmado que "estas son noticias duras que compartir. Sé que serán todavía más difíciles para vosotros leerlas".
"Vamos a reducir capas, eliminar capas superpuestas de responsabilidad, paralizar el trabajo no esencial, etcétera", sentenciaba.
Intel ya realizó numerosos despidos en octubre de 2022, cuando se anunció una reducción de costes entre ocho mil y diez mil millones de dólares cada años hasta 2025. En 2023 hubo una reducción de plantilla del 5% (de 131.900 empleados a 124.800), pero según la información financiera presentada a fecha de 30 de marzo de 2024 la compañía había vuelto a contratar hasta hacer crecer la plantilla hasta 130.700 empleados.
Los despidos anunciados hoy se suman a los 5.400 que se han producido entre marzo y junio de este año. Según Intel, los nuevos despidos se completarán, en su mayoría, antes de que termine 2024.
Intel ha presentado pérdidas por valor de 1.600 millones de dólares en el segundo trimestre de 2024, las cuales se suman a los más de 437 millones de dólares de pérdidas del trimestre anterior. Según Gelsinger, "nuestro rendimiento financiero en el Q2 ha sido decepcionante, incluso habiendo alcanzado hitos en términos de tecnología de proceso y de producto".
Los ingresos de este segundo trimestre han sido de 12.800 millones de dólares, un 1% menos que el año pasado. Las pérdidas, curiosamente, vienen producidas por la inversión en nuevas fábricas y el litografía EUV. El negocio de chips, tanto en PC como en servidores, es estable, y además está previsto que Intel reciba 8.500 millones de dólares de financiación del gobierno de Estados Unidos, como parte del CHIPS Act.
Intel, además, se enfrenta actualmente a diversos problemas. Por un lado ha visto como Microsoft seguía el camino de Apple y optaba por Qualcomm como proveedor de los procesadores para las nuevas Surface Pro y Surface Laptop, abandonando los chips de Intel que montaban hasta ahora.
Y luego está el problema de credibilidad que ha supuesto el descubrimiento de que los procesadores de escritorio de las generaciones 13 y 14 sufren problemas de estabilidad para los que todavía no hay garantizada una solución, y que se han estado ocultando al público durante meses.
Finalmente, y a diferencia de compañías rivales como Nvidia, Intel todavía no es una de las grandes protagonistas en el sector de moda dentro del mundo de la tecnología. El propio CFO de Intel, David Zinsner, admitía que el próximo producto de este tipo para portátiles, Lunar Lake, no será suficiente para revertir la situación actual.