Joe Danger
Indie-spensable.
Cuando volví a Barcelona a finales de octubre del año pasado de la Eurogamer Expo en Londres lo que me dejó mejor sabor de boca no eran las grandes propuestas de Sony, Microsoft, Electronic Arts o SEGA. Escondido en la zona indie, alejado del bullicio del resto de salas en las que se acumulaba un blockbuster tras otro, un pequeño y colorista juego llamaba poderosamente la atención. Su nombre era Joe Danger, la ópera prima de un nuevo estudio formado por tan sólo cuatro personas llamado Hello Games.
Es curioso que con un equipo tan reducido hayan sido capaces de crear lo que seguramente sea la gran sorpresa del año para PlayStation Network. Mezclando elementos de títulos tan dispares como Excitebike, Trials HD, Sonic the Hedgehog, Tony Hawk's Pro Skater y LittleBigPlanet, pero manteniendo en todo momento una personalidad propia, Joe Danger es un sobresaliente plataformas maquillado como juego de carreras de motos protagonizado por un acróbata a dos ruedas.
Tomando como ejemplo a los clásicos de los 16 bits, el juego va revestido de una aparente capa de sencillez, con un control fácil de aprender pero que exige trabajo dominar. Con los gatillos se acelera y se frena (permitiendo además controlar el movimiento en el aire), con los bumpers se hacen trucos y con otros tres botones podemos agacharnos, saltar, pegar a los contrincantes y usar el turbo, que se recarga haciendo piruetas, mortales, caballitos y demás combos de maniobras poco recomendables.
Aunque lo que marca la diferencia y lo que hace que sea tan terriblemente adictivo y entretenido es que, en el fondo, se basa en un concepto tan básico como la puntuación, algo que el videojuego moderno parece haber perdido. Hay carreras y hay que llegar el primero, sí, pero el verdadero reto es conseguir récords, competir para obtener combos larguísimos que aporten millones de puntos (ahí especialmente es donde se nota la influencia del juego de skate de Neversoft) e ir escalando posiciones en las tablas de clasificaciones.
Joe Danger no es un juego especialmente largo, pero sus creadores extienden su longevidad de muy forma inteligente, forzándonos a rejugar los niveles varias veces. Cada uno de ellos tiene diferentes estrellas (cada una correspondiente a un reto distinto) que son necesarias para desbloquear niveles más avanzados. La gracia está en que muchas veces estos retos son excluyentes entre si, lo cual nos obliga a recorrer los circuitos en más de una ocasión, pero los nuevos matices aportados por los nuevos objetivos hacen que no sea tedioso repetir la misma pantalla. Y también tiene su aquel que la mayoría de niveles tengan hasta tres planos independientes (de los que sólo podemos cambiar de uno a otro a través de unas puertas), lo cual implica recorridos diferentes y nuevas sorpresas que descubrir.
En cualquier caso una vez terminado el modo campaña tenemos una excelente herramienta de diseño de niveles sencillísima de usar con la que crear nuestras propias carreras, que podemos compartir a través de internet o bien jugar con un amigo a pantalla partida. Probablemente mucha gente echará de menos un modo multijugador online (quizás el único fallo grave que podemos achacarle), pero la verdad es que su mecánica invita muchísimo más a los piques en local, acompañados de unos nachos y unas cervezas.
Sin hacer ruido, el primer juego de Hello Games se posiciona como la mejor propuesta que podéis encontrar actualmente en la PSN, y además con un precio francamente atractivo (12,99€). Técnicamente es impecable, aunque sin estridencias, y a nivel jugable es sencillamente irreprochable. 2008 fue el año de Braid, 2009 el de Trials HD y 2010 el de Joe Danger. El desarrollo independiente, menos mal, parece que sigue en plena forma…