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Avance de Kirby: Planet Robobot

Mecanización rosa.

Pese a su capacidad de inventiva y de alterar radicalmente la fórmula original (ahí están Tilt 'n Tumble, Air Ride, Avalanche o The Rainbow Curse, por poner varios ejemplos), la saga Kirby brilla con especial intensidad cuando adopta la estructura clásica de juego de plataformas. Son el feel-good game por antonomasia, adorables videojuegos para todos los públicos capaces de alegrar el día más gris a base de simpatía y buen rollo. Planet Robobot, la nueva aventura para 3DS en la que el planeta de Kirby es invadido por una mecanizada corporación que quiere arrasar con todos los recursos naturales, recupera todo aquello que los fans aman de la franquicia, al tiempo que añade algunas innovaciones interesantes y un diseño de niveles francamente inspirado.

Si la Hipernova era el gran gimmick de la anterior entrega, Triple Trouble, en Planet Robobot la principal novedad es un mecha que dota a Kirby de más fuerza y que incluso se puede convertir en diferentes vehículos, transformando algunos niveles para hacer tomen la estructura de un shmup, por ejemplo. Este traje de robot también es capaz de copiar las habilidades de los enemigos, lo cual añade una capa de descubrimiento más a la experimentación con los distintos poderes y hace que su inclusión siga manteniéndose igual de fresca en los últimos niveles como cuando se introduce por primera vez.

Hablando de habilidades, en Planet Robobot Kirby puede absorber y utilizar hasta veinticinco diferentes (y sí, también puedes usar varias figuras Amiibo para recibir algunas). Varias son viejas conocidas, como la del arquero o la que te permite soplar una gélida bocanada de aire frío que congela a los enemigos, pero hay algunas nuevas bastante peculiares, como la que deja a Kirby flotando mientras controlas una bola de energía. Algunas de ellas, como la de fuego o la de electricidad, se usan además en algunos puzzles que suelen tener como premio ítems, pegatinas coleccionables o los cubos de cada nivel (estos últimos son importantes, puesto que necesitas un número mínimo para desbloquear el acceso al jefe final de cada mundo).

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Un aspecto que ya sorprendía gratamente en Triple Deluxe era la habilidad de los diseñadores de HAL Laboratory para aprovechar las posibilidades del 3D estereoscópico de la portátil de Nintendo, una característica que con el paso del tiempo ha ido cobrando un papel cada vez más anecdótico. Planet Robobot es incluso más espectacular en este sentido, si cabe, usando de forma muy creativa el efecto de profundidad; los niveles se desarrollan en varios planos, los enemigos y objetos saltan entre uno y otro de forma constante y, en general, el juego te ofrece continuamente un feedback visual fantástico, acompañado por montones de ideas que se extienden al apartado jugable.

Y luego están los minijuegos que acompañan a la aventura principal. Ya hablaremos con más detalle de ellos en el análisis, pero los dos que hemos probado dejan un buen sabor de boca pese a ser bastante breves. El primero, Héroes Legendarios, es un multijugador -también lo puedes jugar con una competente IA- que recuerda ligeramente al Rescate Mii de StreetPass, en el que escogemos un Kirby con un poder concreto para enfrentarnos en equipo a grandes enemigos, que al ser derrotados desbloquean nuevas misiones y entregan puntos de experiencia para subir niveles. Más interesantes son los Desafíos 3D de Kirby, una serie de niveles con perspectiva isométrica en los que debemos derrotar enemigos, recoger ítems, hacer combos y eliminar jefes finales. En ambos minijuegos hay un componente de score y time attack, animándonos a superar las mejores puntuaciones como reto principal.

Planet Robobot no altera la fórmula tradicional de los Kirby (no es un Canvas Curse o un Epic Yarn, para entendernos), pero sí contiene todos los elementos que han hecho de la franquicia una de las más queridas de Nintendo. Es un juego divertido, simpático y cuyo principal objetivo -el cual cumple con creces- es sacarte una sonrisa, aprovechando además la oportunidad para sacarse de la chistera algunos detalles visuales verdaderamente deliciosos. Porque, a veces, no es necesario reinventar la rueda... sino simplemente darle una pequeña vuelta a la tuerca. Y si es con un robot, mejor que mejor.

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