La burbuja del juego social
Y no tiene por qué explotar en breve.
¿Quién está expuesto a este riesgo? Electronic Arts, como ya hemos dicho, invirtió trescientos millones en PlayFish. No es la primera adquisición de este tipo que hace - ya pagó 680 millones por la distribuidora móvil JAMDAT en 2005, aunque no es algo que quieran recordar, porque su valor cayó a la mitad poco tiempo después. Irónicamente EA también es protagonista del trato multimillonario con PopCap del que se hablaba esta semana, aunque es difícil saber qué credibilidad tiene. La posición económica de EA no le permitiría hacer una compra de esa escala tan fácilmente - podría hacerse, por supuesto, pero comportaría un riesgo enorme para la compañía.
Disney ha contraido un compromiso aún mayor que EA, pero la compra de Playdom ha sido criticada por diversos frentes por no haber rendido como se esperaba - y aunque la compañía ha duplicado su compromiso con el juego social todavía tiene que ver si eso se traduce en una posición de líder. Sin embargo, Disney no está tan expuesta a la "burbuja" del juego social; puede que haya pagado un sobreprecio por sus inversiones, pero es una compañía enorme que se puede permitir las pérdidas, y la burbuja no oculta el hecho de que el juego social sigue siendo un mercado con un crecimiento de público y beneficios, algo que una empresa como Disney no podía ignorar.
Quien acabe comprando PopCap se hará con una desarrolladora de juegos sociales cuyo éxito casi no tiene rival, y cuya habilidad y experiencia puede proporcionar grandes oportunidades de mercado.
Más allá de esas dos compañías, otras también tienen una participación significativa en el mercado de juegos para móviles - siendo Ubisoft con GameLoft un gran ejemplo - pero han evitado ser cazadas por la burbuja. De hecho, el CFO de GameLoft, Alexandre de Rochefort, fue una de las voces que se alzó advirtiendo de esta situación emergente a principios de año.
En realidad la inversión vienes sobretodo del capital de riesgo y de Asia - y, a veces, de ambos a la vez. Las compañías asiáticas, tanto chinas como japonesas, son propensas a invertir en este mercado, y las japonesas en particular se han visto obligadas ante la necesidad de nutrir un mercado de smartphones que está desplazando al teléfono habitual de su mercado nativo y por las facilidades que ofrece el yen para realizar compras más baratas, al menos hablando de forma relativa.
¿Qué ocurrirá con estas compañías cuando la confianza en el mercado disminuya y la burbuja explote? Para saberlo, creo, sería interesante ver qué implica esta burbuja para la industria del videojuego antes de buscar respuestas.
Nadie - ya sea una corporación o un individuo privado - quiere acabar con un valor que vale menos de lo que pagó originalmente por él, pero eso no explica toda la historia. Como ya hemos dicho, los enormes precios que rodean este sector ocultan una historia secundaria mucho más importante: el enorme crecimiento de público y beneficios no justifica estos precios, pero sí justifica el interés que se ha depositado en este mercado.
Para las compañías de Asia que buscan construir su presencia en occidente, o para empresas occidentales con determinación en mantenerse en lo alto del sector, uno podría argumentar que las compras de juegos sociales y móviles no son realmente una "inversión" en términos de crecimiento de valor. Sí, sería genial comprar una y ver como su valor crece y crece en tu balance de cuentas, pero lo más importante para estas empresas es comprar su entrada en un mercado, expandir su presencia global o demográfica y, al mismo tiempo, evitar la oportunidad de que sus rivales hagan lo mismo.
Incluso si la burbuja explota DeNA (por poner un ejemplo) seguirá teniendo una desarrolladora móvil puntera con una fantástica visión y experiencia del mercado occidental. Quien acabe comprando PopCap se hará con una desarrolladora de juegos sociales cuyo éxito casi no tiene rival, y cuya habilidad y experiencia puede proporcionar grandes oportunidades de mercado. Su valor puede implesionar y el mercado puede no ser igual durante mucho tiempo más, pero las razones para su compra mantienen su validez.
En otras palabras, si tienes el dinero para comprar y tu estrategia de negocio requiere o se beneficia de este tipo de inversión, entonces la burbuja del mercado móvil y social solo debe preocuparte porque hará más difícil recuperar el dinero invertido, pero estás en esto a largo plazo y la compra puede seguir teniendo sentido. Lo que es más preocupante son las compañías e inversores que se están subiendo al tren solo porque los demás lo hacen, malgastando millones en compañías con pocas IPs y planes de negocio increíblemente arriesgados. Y desde luego es preocupante para las compañías que no tienen dinero para hacer este tipo de inversión y que sufrirán en su valor si al final acaba colapsando.
Una burbuja de mercado no es algo bueno, desde luego, pero al mismo tiempo no implica que todo el mundo tenga que ponerse a cubierto y esperar a que el cielo se derrumbe. Simplemente significa que las compañías tienen que ser mucho más cautas en sus inversiones y aceptar que el riesgo es mucho mayor de lo habitual. El juego móvil y social está aquí para quedarse... pero estos precios no. Si prevalecen las actitudes calmadas, al menos podemos esperar que ninguno de los grandes nombres de la industria se vea arrastrado cuando toda esta locura termine.