La cara oscura de Kickstarter
No todo es de color de rosa.
Parece que sigue la euforia del Kickstarter. Acaban de terminar Shadowrun Returns, Pinkerton Road de Jane Jensen y el remake de Leisure Suite Larry, y llegan los dos tipos de Andromeda, Carmagedon o Battle Chess. Pero esta semana ha sido noticia un lado más oscuro del crowdfunding, un listillo montó un Kickstarter donde afirmaba que, junto a unos pocos veteranos de Blizzard, había dejado su trabajo para desarrollar un juego de rol con componentes de acción y estrategia. Y por la módica cifra de 80,000$.
Lamentablemente para Seth, lo malo del crowdfunding es que hay una multitud de ojos puestos en ti y rápidamente se levantaron las alarmas por lo poco verosímil de la propuesta. Y el crowdsourcing, otra bonita palabra que seguro que aprenderá Seth y que significa que la comunidad suma sus esfuerzos para realizar una tarea, desmontó el plan del chico para sacarse un sueldecito. La gente fue descubriendo de donde había sacado el arte conceptual, los modelos, los escenarios (el propio autor de estos se sorprendió de ver modelos de su curriculum en el proyecto), etc. Las pruebas forzaron al "pobre" chico a cancelar el Kickstarter e intentar eliminar cualquier rastro de el de la red.
Me preocupa el hecho de que los que más han recaudado [en Kickstarter] no han enseñado nada.
Estos casos no creo que representen demasiado problema. Para financiar un proyecto es necesario que mucha gente le preste atención, es bastante complicado engañar a todo el mundo. El problema es cuando no es tan obvio. Siguiendo los casos de éxito, me preocupa el hecho de que los que más han recaudado no han enseñado nada. No me cabe ninguna duda que Tim Schaffer y Brian Fargo serán capaces de terminar su juego; después de todo son gente con mucho callo y no es el primer juego que hacen.
De lo que no estoy seguro es de que el juego vaya a cumplir las expectativas que han puesto sobre ellos. La sensación que tengo es que la gente espera juegos AAA y, ni Double Fine Adventure va a ser Brutal Legend, ni Wasteland 2 va a ser Fallout 4. Financiar un juego mediante crowdfunding significa que la mayoría de lo que se recauda va para cubrir el coste de desarrollo (menos la parte que se lleva Kickstarter y el gestor de pagos), pero 3 millones es poco más de lo que costó Limbo.
Lo más razonable es que, con el tiempo y la experiencia, la gente empiece a ser más escéptica [...] y sobretodo, sabremos que esperar de un juego de 300.000$ y de uno de 1.000.000$.
Y, viendo los nuevos Kickstarter que van saliendo, parece que los desarrolladores se han dado cuenta de que lo que funciona es vender nostalgia. Y, si podemos sacar algo en claro de los números es que cuanto menos enseñes mejor. Nada será comparable a nuestra imaginación y nuestros recuerdos. Tendremos que ver como madura la masa de backers (la gente que pone dinero en los proyectos), pero lo más razonable es que, con el tiempo y la experiencia, la gente empiece a ser más escéptica con los vídeos de presentación, se involucren más, hagan más preguntas y pidan más datos. Y, sobretodo, sabremos que esperar de un juego de 300.000$ y de uno de 1.000.000$.
Por el momento, además de los Kickstarter que he apoyado, ya tengo el ojo puesto en los candidatos a ser el primer Epic Fail. Porque, que no te financien el juego no es un desastre, después de todo hay campañas que se prepararon o se publicitaron mal y no consiguieron despertar la suficiente confianza. Lo peor que le puede pasar a un mal proyecto es que lo financien; porque la hostia va a ser morrocotuda. Y te la vas a pegar con un montón de gente mirándote. Y luego, quizás, no vuelven a confiar en ti.