La obsesión por ser originales
Dan Houser abre la boca.
En el mundillo del videojuego hay dos ideas fijas en las mentes de todo jugador: "los videojuegos DEBEN ser originales" y "antes, los videojuegos eran MÁS originales".
Quizá a raíz de esto, la revista Famitsu preguntó a Dan Houser, vicepresidente de creatividad de Rockstar Games, el porqué nunca se habían dedicado a programar un FPS bélico, algo que parece ser una moda entre las desarrolladoras occidentales. Y Dan se marcó el moco diciendo:
"Lo estamos evitando deliberadamente. Está en nuestro ADN evitar copiar lo que hacen los demás. Tienes que tener originalidad en tus juegos; tienes que aportar un mensaje interesante"
"Lo estamos evitando deliberadamente. Está en nuestro ADN evitar copiar lo que hacen los demás. Tienes que tener originalidad en tus juegos; tienes que aportar un mensaje interesante"
Dan Houser, Rockstar Games
Y aquí os esperáis la sempiterna diatriba de "como puede ser que una compañía cuya mitad de catálogo es GTA, y la otra mitad tiene versiones en instituto, en el oeste, etc. de GTA hable de originalidad". Pues no. No quiero ir por ahí.
Porque estoy harto de esta obsesión por ser el más "guay" del mundillo. ¿Los juegos originales? ¡Molan! ¡Los aprecio! ¡Los celebro! Pero ¿en serio creéis que se puede crear un concepto de juego nuevo en cada lanzamiento?
¡No! Porque lo que ha de ser original no es el concepto de juego, sino su desarrollo. Ese es la verdadera originalidad. Porque puedes definir en 5, 10, o quizá 15 los argumentos de la mayor parte de películas que habéis visto; y lo mismo en literatura, en series... y en videojuegos.
Pero una vez planteada la idea base, la que no es original, ahí viene tu forma de desarrollar esa historia. Y ahí SI es donde uno DEBE ser original. Y te acusarán de no serlo, porque, en el fondo, tu juego es un shooter, es un plataformas, va de rescatar a la princesa... pero se hará a TU manera. Con TU visión. Bueno, no la vuestra, sino la de los desarrolladores.
¿Ideas? Las hay por millones. Y el esfuerzo por conseguir una que sea realmente original3 es tan bestial que no sale a cuenta. Pero ser original a la hora de desarrollar ese juego es más accesible. Y más agradecido por parte del jugador: sabe que se va a encontrar, pero no sabe como se lo va a encontrar.
Pero si te obcecas, si te encierras en el "yo soy tan, tan, tan diferente que nadie es como yo", te balancearás en un inestable filo: el que separa lo curioso del gafapastismo. Y a nadie le gusta un gafapasta4.