Las autoridades japonesas dan luz verde a la compra de Activision Blizzard
El final, cada vez más cerca.
Japón es el último país que se suma a la lista de territorios en los cuales se ha dado luz verde a la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft.
La JTC, el organismo encargado en el país nipón de comprobar estas transacciones, ha asegurado que no aprecia ningún indicio de que la competencia en el sector del videojuego se vaya a ver afectada por la compra, ni tampoco que prevea un impacto negativo sustancial en la industria.
Según este organismo, "hay negocios competidores y juegos que se distribuyen en formato digital, así que es poco probable que haya una escasez en la capacidad de suministro".
"Es por ello que la adquisición no limitaría sustancialmente la competencia en ningún campo particular".
La reacción japonesa se produce unos días después de que la CMA, el organismo equivalente en Reino Unido, afirmase que ya no cree que la adquisición reduzca de forma significativa la competencia en el mercado de los videojuegos para consola.
Ahora mismo los dos grandes territorios en los cuales falta por conocer una decisión definitiva son la Unión Europea y Estados Unidos. En Europa las autoridades siguen negociando con Microsoft antes de ofrecer un veredicto definitivo, y es en Estados Unidos donde parece haber más recelo.
De hecho, en una audiencia celebrada en un comité del senado de Estados Unidos varios miembros del partido demócrata, encabezados por la senadora Maria Cantwell, criticaron el hecho de que Sony tenga un monopolio en países como Japón, donde dicen que la compañía japonesa firma acuerdos de exclusividad con terceros para intentar frenar el crecimiento de Xbox.
"Sony controla un monopolio del 98% en el mercado de los videojuegos, pero el gobierno de Japón ha permitido a Sony tener una conducta claramente anticompetitiva", dicen, "a través de tratos de exclusividad y pagos a editores de videojuegos".
El partido republicano, por su parte, añadía que "Sony, quien controla el 98% del mercado, paga a los editores third-party para que su contenido no esté disponible en Xbox y sistemáticamente negocia acuerdos de exclusividad para mantener los juegos más populares en Japón fuera de Xbox".