Primeras impresiones de LEGO Batman 2
Mejorando la fórmula.
Creo que es una buena señal que Traveller's Tales hayan decidido apostar en este LEGO Batman 2 por la ambición en lugar de por el asentamiento después del éxito de la primera parte; porque estamos, sí, ante un juego ambicioso. Durante la presentación en las oficinas de Warner, hubo un momento que resume bastante bien la primera impresión que tuve del juego: Sam Delany, productor asociado, vuela en vertical con Superman; durante unos segundos sólo se ve el cielo, pero cuando la cámara va bajando se puede ver toda Gotham City, gigantesca e imponente. El Asilo Arkham a un lado, la Torre Wayne a otro, enormes esculturas de muñecos Lego sujetando algunos edificios; el tamaño y la potencia del mundo que han creado para el juego es bastante impresionante.
La aventura de acción que muchos recordaréis de la primera parte (o de otros juegos de Lego) está aquí, pero la estructura es más abierta: explorando la ciudad vamos de una misión a otra, pero también hay otro buen montón de cosas que hacer. El coleccionismo es parte esencial del juego: hay personajes que desbloquear, bloques dorados, ciudadanos en peligro. Para cada uno hay pequeñas pruebas: en algunos casos tendremos que usar a un personaje determinado, en otros superar un minijuego. No todo es coger cosas sin usar la cabeza, sino que la recolección está subordinada a la creatividad del equipo a la hora de diseñar el mundo, sorprendentemente vivo para estar formado por figuritas de plástico.
Un ejemplo: algunas áreas esconden objetos que sólo puede recoger un personaje concreto haciendo uso de sus habilidades especiales. Así, Robin ha de usar sus acrobacias para escalar un edificio y conseguir un ladrillo dorado que con otros personajes no podríamos recoger. Esta limitación tiene un culpable claro (Superman, que puede volar y es prácticamente invencible: no lo tenemos desde el principio, pero una vez desbloqueado haría el juego demasiado fácil), y una consecuencia feliz: es inevitable ser variado para completar el juego, y ser variado es, también, muy divertido.
Esta estructura de sandbox consigue capturar como nunca la idea, intrínseca a la licencia Lego, de trastear con juguetes, de tener un escenario y unos muñecos y jugar con ellos. La exploración varía, además, en función del personaje que manejemos, y no hay pocos: no es lo mismo conducir el Batmóvil que sobrevolar Gotham siendo Superman, o correr por las calles como Flash. Porque sí, esta vez Batman y Robin no están solos; más héroes del universo DC, desde los ya mencionados Superman o Flash hasta Supergirl o Wonder Woman se unen al plantel para combatir al Joker, que también ha encontrado un compi de fechorías: Lex Luthor, nada menos.
El juego es más grande, y también más largo: Sam Delany hablaba de unas treinta horas, que viene a ser el doble que el anterior. No tendremos que hacer frente a todo esto solos, claro: con la accesibilidad por bandera, en cualquier momento se puede unir a la aventura otro jugador con el que explorar Gotham y poner a los malvados en su lugar. Huelga decir que el juego está dirigido a un público joven que seguro disfrutará irremediablemente este LEGO Batman 2, pero estoy seguro de que a más de un adulto no le costará demasiado olvidarse de la edad y pasar un buen rato.
No soy especialmente amigo del control del juego (no lo era ya en la primera parte, que me pareció algo imprecisa) y seguramente queden algunas cosas por pulir, pero lo que vi y lo que pude jugar me dio muy buenas vibraciones. Estamos ante un juego basado en una marca de juguetes que se siente y se juega, aun siendo adultos, con la fascinación de un niño ante una caja nueva de Legos. La fórmula se repite, pero también se expande. Tendremos que esperar a finales de junio para ver qué tal funciona la experiencia completa, pero de momento la cosa pinta muy bien.