Avance de Lego City Undercover
Lego-Academia de Policía.
Los juegos de Lego son conocidos por su aproximación humorística a las licencias en las que se basan, y en ese sentido Lego City Undercover, el próximo juego de la serie exclusivo para Wii U, parece justo la continuación que necesitaba: ya sin licencias de por medio, aquí la comedia apunta en todas direcciones y alcanza a todo el mundo, el nivel de referencialidad es mayor que nunca y se continúa con la estructura de mundo abierto de Lego Batman 2, pero llevándola un paso más allá. Ya no estamos ante una ciudad que sirve de zona de unión entre niveles individuales: ahora el mundo es el escenario en el que se desarrollan las misiones.
En Undercover somos Chase McCane, un policía temporalmente alejado de Lego City tras haber capturado a Rex Fury, un terrible villano, poniendo en peligro, de paso, a Natalia Kowalski, informadora en el caso y objeto de deseo de McCane obligada a entrar en el programa de protección de testigos después de un desliz público del policía. Ahora el malvado se ha escapado, y nos toca resolver de nuevo el caso de Fury y hacer que caiga sobre él todo el peso de la ley.
Como la propia ciudad en la que se desarrolla la aventura, la historia de Lego City Undercover tiene algo de impuesto y algo de lienzo en blanco. Sobre ella se van superponiendo referencias, homenajes y parodias a una velocidad vertiginosa, ya desde la primera cinemática: la música y la ambientación nos hacen pensar en las películas de policías de los 70, pero también en GTA IV, por ejemplo, y no son pocas las referencias al cine y la cultura popular. Ahí está Titanic, o Cadena perpetua, o los cómics de superhéroes de los 60, con ese grupo de payasos atracadores de bancos con los que nos topamos en los primeros minutos del juego.
Seguros en una fórmula que mezcla plataformas, exploración y acción, TT Games parecen más interesados en expandirla que en modificarla más de lo necesario. Los juegos de Lego tienen algo muy curiosos: quizá por los cambios temáticos constantes, a pesar de ser muy parecidos entre sí no sería del todo justo aplicarles el visto uno, vistos todos. Aquí la cosa es un poco más pronunciada aún.
La estructura de mundo abierto no parece implicar, por lo que pude jugar, una historia abierta con misiones que podamos escoger en el orden que queramos (algunas de estas misiones, las más grandes, se desarrollan en partes del escenario modificadas específicamente para esa misión, y que se pueden repetir para conseguir todos los objetos escondidos), pero sí nos deja libertad para explorar la ciudad más o menos a nuestro gusto y dedicarnos a encontrar los mil y un objetos que hay escondidos por el escenario. Como en todos los juegos de Lego, la recolección de coleccionables es parte importante de Lego City Undercover; aquí hay desde trajes para McCane hasta piezas que nos permiten construir estructuras, algunas opcionales pero útiles y otras imprescindibles para avanzar, como el barco que nos permite llegar a la isla Albatross, la cárcel en la que estaba encerrado Rex Fury.
Los trajes son también importantes. De ellos dependen los objetos y habilidades que podemos utilizar; no vi armas de fuego, pero sí pistolas que lanzan ganchos con cuerda, cuando llevamos puesto el disfraz de policía, o palancas con las que podemos abrir puertas cerradas y cajas fuertes, cuando llevamos el traje de ladrón. Hay muchos, y encontrarlos todos requiere perseverancia y exploración minuciosa.
Lego City Undercover tiene muchos puntos fuertes, algunos nuevos (la ciudad abierta, la libertad referencial) y otros compartidos con los otros juegos de la serie (el sentido del humor, siempre balanceándose entre el humor de retrete y la parodia fina), pero también vuelven algunos de los puntos flacos. El más evidente es el sistema de control mejorable, en el que no se puede confiar demasiado para los saltos y que cumple justito a la hora de conducir los (innumerables) vehículos, y que se extiende un poco al combate, al que quizá le vendría bien un poco más de complejidad. Quizá por la escala del juego se notan menos, eso sí: ni hay secciones de plataformas muy exigentes, ni zonas en las que tengamos que manejar un coche con más precisión de la que el juego nos permite, ni combates en los que los enemigos nos superen en habilidad.
Esta flaqueza es comprensible por tener que poder ser jugado por todo el mundo: es un juego para todos los públicos en un sentido muy amplio, y tiene que llegar a niños y mayores, pero también a los jugadores más novatos. Quizá sean los veteranos, los que piden un poco más de reto, los que necesitan un poco de dificultad para estimularse, los que peor lo lleven con Lego City Undercover; habrá que ver, a partir del 28 de marzo, qué tal le va en el largo recorrido, y si la divertida historia y la lluvia de referencias compensa las mecánicas algo simples y esa obsesión por el coleccionable que, de cualquier modo, cualquier fan de los juegos de Lego ya debería tener totalmente asimilado.