LEGO Piratas del Caribe
En mareas confusas.
El combate tampoco supone ningún reto, aunque gracias a las cuidadas y graciosas animaciones no son tan cargantes como podría parecer. Para atacar te limitas a presionar B mientras correteas por los escenarios hasta que los malotes que se lanzan sobre ti como alma que lleva el diablo caen bajo tu acero, algo que acabarán haciendo, tenlo por seguro, debido a que no parecen tener el mínimo interés en salvar su vida. Eso, unido a que el juego se empeña en ofrecernos corazones para recuperar vitalidad hasta debajo de las piedras, hace que el verdadero reto sea que tu personaje llegue a morir. En las batallas finales se deja paso a los botones contextuales o QTE, pero son más aburridas y ya podéis imaginar que la dificultad tampoco sube demasiado.
Piratas del Caribe no brilla tampoco por su duración. En cuatro horas aproximadamente pueden superarse las aventuras de las cuatro películas, por lo que se fuerza a la historia a pasar delante de nosotros como un tren sin frenos. No es que el argumento sea algo fundamental en un juego así, pero hay que tenerlo en cuenta.
Afortunadamente cuenta con un Modo Libre que aumenta su rejugabilidad y que no está del todo mal, ya que hay lugares secretos que sólo podemos desbloquear revisitándolos en ese modo y usando un personaje en concreto. El mismo diseño de escenarios parece pensado para una segunda partida, algo que se agradece y que permite aprovechar los protagonistas que desbloqueamos para conseguir nuevos elementos.
En ese sentido, parece que el juego quiere redimirse y asoma algo de variedad con los Desafíos Pirata , algunas situaciones curiosas bien avanzada la aventura y un prescindible multijugador basado en duelos vía StreetPass, pero todo se basa en esa jugabilidad algo obsoleta y repetitiva. Lo que no entendemos es la ausencia del cooperativo, algo que alargaba mucho la vida útil y la diversión de sus hermanos mayores y que en esta ocasión hace que el juego sea mucho más simple.
Gráficamente se defiende bastante bien, presenta un estilo colorido y cuidado que demuestra de lo que puede ser capaz Nintendo 3DS, y se mantiene a poca distancia de sus compañeros de consolas de sobremesa. Además, la profundidad que aporta el añadido del 3D en Nintendo 3DS es una virtud más que, sin llegar a ser nada del otro mundo, puede ayudarte a localizar mejor los objetos. Eso sí, lo usarás poco, y en alguna ocasión se detecta una ligera disminución de cuadros por segundo cuando está activado, aunque sucede en momentos muy concretos.
Piratas del Caribe: El Videojuego es un juego encantador, muy ameno y potencialmente disfrutable para los más pequeños de la casa y los acérrimos de Sparrow. No obstante, uno de sus grandes problemas es que ha limitado demasiado la experiencia. La forma de contar la historia es apresurada y confusa y la escasez de opciones termina encorsetándolo demasiado, traduciéndose en una experiencia insuficiente para quien espera un título estandarte en 3DS o para el jugador que busque un mínimo reto.