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Los mejores juegos de este año que no has jugado (VIII): Clickolding

¿Es tu primera vez?

Nuestra condición de observadores atraviesa la experiencia de gran parte de los videojuegos comerciales. Pocos mundos operan más allá de los confines de nuestro campo de visión o se molestan en calcular lo que está sucediendo en las regiones a las que no tenemos acceso; solo importa lo que el jugador tiene delante. Quizá por ello una de las experiencias más incómodas que he jugado recientemente es Clickolding, un título que nos pide cambiar nuestro papel de observadores a observados.

La premisa de Clickolding es simple y directa: estás en una habitación de motel con una persona que oculta su cara tras una extraña máscara. Tenemos un contador manual que aumenta en un número cada vez que hacemos clic. La oferta es la siguiente: si llegamos a las diez mil pulsaciones y logramos que el contador se reinicie, obtendremos los catorce mil dólares que necesitamos para financiar una operación. Sencillo, ¿no?

A partir del momento en que empezamos a pulsar se despliega un monólogo de esta persona que nos explica el motivo por el que quiere vernos haciendo clic. Es una historia que juguetea abiertamente con el lenguaje sexual; la tipografía escogida para el título transforma casi de inmediato su nombre en “cuckolding”, dando pistas sobre el papel de la infidelidad y la observación en su trama. Los clics sirven para desarrollar una conversación donde hay una clara relación de dominación en la que, para variar, debemos asumir el papel de sumisos.

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En esta sección suelo hablar de juegos breves, pero incluso dentro de estos destacan los apenas cuarenta y cinco minutos de Clickolding, expandibles durante un cierto tiempo si queremos ir un poco más allá de sus límites, así que no puedo comentar muchísimo al respecto de la experiencia. Lo que más me marcó es la manera en que me invitaba a ceder el control de la situación, a ser el pasajero de un viaje diseñado para otra persona. La incomodidad de la que hablaba al principio venía de esa sensación de haber perdido por completo mi papel protagonista en esta experiencia para convertirme en el testigo necesario para cumplir fantasías ajenas.

El estudio detrás de Clickolding es Strange Scaffold, quizá uno de los estudios recientes más interesantes por su interés en explorar ideas diversas en juegos con tiempos de producción breves. En los últimos años nos han dejado propuestas tan diversas como Space Warlord Organ Trading Simulator (simulación de un mercado de órganos), An Airport for Aliens Currently Run by Dogs (una aventura de comedia con un título bastante autoexplicativo), El Paso, Elsewhere (un shooter inspirado por Max Payne), Life Eater (un simulador de asesinatos rituales), I Am Your Beast (un frenético FPS con elementos de immersive sim) o el futuro TMNT: Tactical Takedown (un RPG estratégico de las Tortugas Ninja).

Todos estos títulos destacan por méritos propios, pero Clickolding me parece su propuesta más transgresora, no tanto por sus metáforas sexuales (un vistazo a la página principal de Steam desvelará experiencias mucho más explícitas), sino por su interés en explorar nuestro papel dentro de un videojuego y revertir nuestras expectativas sobre lo que podemos esperar de un título así, siendo además capaces de condensar su concepto en apenas una hora para controlar el ritmo de la narrativa con una cadencia magistral.

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