Lost Horizon
Una aventura con sabor añejo.
Lost Horizon es una fresquísima aventura gráfica basada en una película de título homónimo aparecida el año 1937, a su vez inspirada en una novela. No tengo la suerte de haber visto la película ni de haber leído el libro, pero al parecer la historia entre éstos y el videojuego no es la misma. Sin embargo, como es lógico comparten temática –el descubrimiento de la mítica ciudad budista de Shangri-La en el Himalaya, la misma que aparece en Uncharted 2, por cierto– y se sitúan en la misma línea temporal, así como en parajes similares; en vez de en el Medio Oriente, el videojuego se ambienta en el Hong Kong colonial de los años 30, con sus gobernadores ingleses, sus mafias y tríadas y sus revueltas campesinas, y cómo no en el Tibet, plagado de escarpados picos y antiguos templos budistas.
Nuestro protagonista es Fenton Paddock, antiguo oficial militar inglés caído en desgracia tras ser responsabilizado de una masacre durante una revuelta popular. Ahora actúa de freelance, y mientras trata de solucionar un pequeño desencuentro con una de las mafias chinas de la ciudad de Hong Kong, recibe la misión de ir a buscar a un viejo compañero perdido en el Himalaya. Pronto descubriremos los misterios que guarda esta colosal cordillera y nos veremos las caras con los nazis, que también andan detrás de estos artefactos secretos y de la mítica ciudad de Shangri-La.
Lo primero que llama la atención en Lost Horizon son los fantásticos fondos que lucirá esta aventura (podéis apreciarlo en nuestra galería de imágenes). Todos, aunque repletos de efectos, luces y partículas, están dibujados a mano en perfecto 2D y encajan magistralmente con los modelos 3D de los personajes. Éstos últimos son bastante limitados, en el límite entre lo aceptable y lo desfasado, pero poco o nada se puede reprochar ante los gloriosos escenarios y la perfecta sincronización entre éstos y los muñecos 3D, los cuales la mayoría de las veces se encontrarán en un plano lejano y no desentonarán en absoluto.
El sistema de juego es el clásico de cualquier aventura point and click, en todo caso algo simplificado. Sólo podremos inspeccionar o interactuar con las personas o las cosas (nada de coger, tirar, apretar...) y lo mismo con nuestro inventario, situado en la parte inferior de la pantalla. A su lado encontramos tres botones; el primero, importantísimo, nos marcará todos los elementos con los que podemos interactuar dentro de cada escena, para que no pasemos por alto ningún detalle. El segundo nos explicará la situación y el objetivo, de forma casi anecdótica ya que, gracias a Dios, no nos desvelará ningún elemento de la trama ni ayudará a resolver ningún puzzle. El tercero es sencillamente el acceso al menú principal.
Este sistema no demasiado complejo, unido al botón de destacar los objetos que estamos viendo en tantas aventuras gráficas recientes, puede dar la impresión de excesiva sencillez. Ni mucho menos; es cierto que como reto resulta más sencillo que muchas aventuras antiguas, cuya resolución de puzzles muchas veces rozaba lo absurdo y descabellado, pero en mi opinión han conseguido el objetivo: lograr que no sea ni demasiado fácil ni demasiado difícil, que nos tiremos un buen rato en cada localización probando alternativas y abriéndonos el tarro, pero sin estar horas para acabar aborreciendo cada puzzle.
El doblaje, en perfecto inglés, es genial en todos los sentidos. Las voces resultan creíbles y carismáticas, mientras que los diálogos en sí están muy bien escritos, especialmente las hilarantes reflexiones del protagonista. Además, durante las conversaciones gozaremos de simpáticos retratos de los personajes que nos ayudarán a hacernos una mejor idea de su aspecto ya que las caras de los modelos 3D no ayudan mucho. Quizá me pase de la raya, pero he de decir que en cierto momento recuerda a alguna de las clásicas aventuras de Indiana Jones, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de un juego de humor y aventuras basado en mitología fantástica, arqueología y ciudades perdidas.
Quiero volver a hacer hincapié en los fondos y escenarios, pues es uno de los mejores aspectos del juego, y en este género es algo que se paga caro. La versión de preview, en la que atendemos unos asuntos por la ciudad de Hong Kong hasta partir hacia el Tibet, termina con una genial persecución en coche, durante la cual tenemos que resolver una serie de puzzles para deshacernos de nuestros perseguidores. En esa secuencia el precioso fondo 2D se verá sustituído por una animación 3D de los coches corriendo por las calles, mientras nosotros decidimos qué hacer. Es una muestra más de la maestría de los chicos de Animation Arts creando situaciones y escenarios, no sólo bonitos y trabajados, sino variados y espectaculares.
En definitiva, Lost Horizon tiene una pinta estupenda. Las aventuras gráficas están reviviendo, con las reapariciones de Sam & Max, Monkey Island y otras propuestas, y este título se planta como firme candidato a ser uno de los grandes de este género renovado. Su ambientación, apartado artístico y argumento sobresalen y, si al final cuenta con una duración generosa, sin duda puede tratarse de uno de los grandes del género.
Lost Horizon saldrá para PC a lo largo del 2010 pero todavía no tiene una fecha de lanzamiento concreta.