Lost Planet 2
Cambio climático.
Os he de confesar una cosa: me compré una Xbox 360 por Lost Planet. Antes de su salida había visto vídeos de las emocionantes escenas de batalla, de los gigantescos bichos, y quedé maravillado. Eso sí que era un verdadero next-gen. Aún tratándose de un juego no demasiado brillante, no quedé decepcionado al pasármelo al fin. Tenía todo lo que prometía: barriles explosivos, colosales alienígenas y mechas. Espectacularidad en estado puro, oigan.
El aspecto gráfico y el buen ver de las explosiones eran determinantes para que el impacto visual fuese tal. Después de algunos años, y aún pese a algunas mejoras gracias al motor MT Framework (que utilizará Marvel vs. Capcom 3 próximamente), aún luciendo de forma sensacional, Lost Planet 2 ya no impresiona de la misma forma. Quizá sea el tiempo, o posiblemente tenga algo que ver el hecho que, en el título original, las batallas transcurrían en extensos páramos helados mientras que en el que nos ocupa frecuentamos junglas espesas, valles cerrados y bases militares, llenos de detalles y sombras que ocupan nuestra atención más allá del fuego y las balas.
Porque sí, en Lost Planet 2 el hielo ya no es una constante, aunque eso no significa que las condiciones de vida en EDN III hayan mejorado mucho. Los Akrid siguen campando a sus anchas, atacando a toda forma de vida y custodiando la valiosa energía térmica. Las zonas verdes (y desérticas, que las hay), de algún modo, guardan relación con estos curiosos alienígenas, aunque sin spoiler nada os diré que el argumento no es uno de los puntos fuertes de este título. Lo que sí se puede entrever es una clara influencia de conocida obra de Frank Herbert, la saga Dune.
De hecho, llama la atención que ya no llevamos a un muchacho en concreto sino a un pelotón anónimo, de ahí la posibilidad de desbloquear skins tan curiosos como Wesker de Resident Evil o Marcus y Dom de Gears of War. A su vez, cada personaje que llevemos subirá de nivel al utilizarlo, desbloqueando nuevas piezas de ropa o habilidades especiales para el multijugador. Una decisión acertada teniendo en cuenta el énfasis que se le ha dado al cooperativo, aunque sinceramente, consigue que prestemos todavía menos atención al argumento, a por qué estamos aquí y qué ocurre realmente.