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Mafia II

¿Uno de los nuestros?

Ahora, ¿qué pasa si combinamos una misión con únicamente cinemáticas y paseos en coche sin nada que nos ponga a prueba? Pues que el resultado es que nos pasamos todo el rato que deseando que la dichosa misión se acabe de una y lleguemos a algún destino con algo de acción.

Ahora llegamos a otro punto en los que se sustenta el juego. Ya que los puntos anteriores no han resultado ser tan potentes como esperábamos, por lo menos el momento de repartir estopa entre los enemigos está bien llevado. Las armas son contundentes y lo bastante precisas para saciar nuestra sed de sangre.

Las coberturas funcionan bien —la mayoría de las veces— y nuestro personaje se mueve bien por ellas. En el caso de ser muy bajas veremos como Vitto se encoge más y agacha la cabeza todo lo que puede. Además muchas de ellas son destructibles, lo que le da más dinamismo al combate y evita que nos pasemos más del tiempo deseable en el mismo sitio. En ciertos momentos nos podremos ayudar de algún que otro coche que encontremos en el escenario, ya que si le disparamos en el depósito de combustible provocaremos un resultado la mar de bonito y satisfactorio.

Un tanto a favor del juego es el sistema de combate, con el repartiremos estopa a todo aquel que nos presente guerra y, de paso, defender el honor de alguna bonita dama. No es que sea un sistema muy profundo y complejo, pero cumple sobradamente su función. Podremos cubrirnos, realizar unos cuantos combos y contraatacar (con esto no habrá quien nos tosa).

Hemos grabado 15 minutos de juego

Normalmente en la mayoría de misiones deberemos recorrer el escenario despejando las zonas, y por suerte suelen ser bastante variadas y siempre con cambios de escenario, cosa que es de agradecer. Además encontraremos alguna que otra misión de sigilo, lo que le viene genial para que no se haga repetitivo. Para evitar esto, también hay un cambio de localización para darle mayor importancia al cambio de fecha. Por si no estáis al corriente, la historia transcurre entre los años cuarenta y principios de los cincuenta.

Quizás al juego le hubiesen venido bien unas cuantas misiones secundarias, porque a parte de las misiones principales, sólo podremos entretenernos en buscar una serie de carteles y revistas Playboy de la época, que dicho sea de paso, son de un gusto exquisito para el redactor.

Llegamos al concurrido tema de los gráficos. Antes de hablar de qué tal luce a nivel técnico, es procedente hablar del diseño artístico y de la ambientación, ya que posiblemente sea mucho más importante. Es, cómo definirlo… casi sublime; los coches, la ropa o la música que sencillamente lo borda, tanto la parte orquestal como la selección musical que podremos seleccionar en la radio del coche. En definitiva, todos los elementos decorativos que dan vida a la ciudad. Como habréis observado he dicho casi sublime. El pequeño problema que le veo es que hay una serie de tiendas y gasolineras que son un calco unas de otras. El ejemplo más claro lo encontramos en una de las misiones en la que nos encargan visitar seis gasolineras. Bien, pues las seis son exactamente iguales, mismo edificio, mismos colores, mismos objetos en la misma posición y el mismo vendedor.