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Magic: The Gathering - Duels of the Planeswalkers

Cartas descafeinadas.

Pero si hablamos de modos de juego no existe nada mejor que el multijugador por Live. Con nuestros mazos personalizados podemos jugar partidas de hasta 4 jugadores, formando parejas y modificando algunas reglas, tales como el número de puntos de vida con el que empezamos. Es en esta modalidad donde radica la esencia del juego, en escuchar las imprecaciones del amigo o desconocido que juega contigo una jugada que da la vuelta a la partida. Incluso, si tienes una cámara Live Vision, podrás observar cómo se hinchan las mandíbulas de tu oponente cuando aprieta los dientes de rabia. Y eso es impagable.

En cuanto a aspectos técnicos como gráficos, efectos sonoros y música, cumplen correctamente en un juego que no necesita grandes virguerías para entretener. Los efectos derivados de las distintas acciones podían haber sido mejores, más espectaculares, pero me inclino a creer que dicha sobriedad no es fruto de la dejadez de sus programadores, sino que responde a una elección previamente meditada, una manera de dar entender que lo importante son las cartas, de trasladar el espíritu del juego real, donde no hay ni música, ni luces, ni colores, a no ser que juegues después de haber tomado una cosa muy rica que vende un tío que yo conozco.

Pero no todo podía ser bueno en este Magic: The Gathering. Una de las más grandes diversiones, además de destrozar a tus rivales, era la de crear un mazo personalizado: elegir si iba a ser un mazo monocolor o multicolor, si tu estrategia se iba a basar en criaturas con bajo coste de invocación, para así arrollar a tu rival con una legión de pequeños bichejos, o si por el contrario serían criaturas potentes que llegarían con la partida ya avanzada para asestar golpes definitivos; si tu mazo iba a tener predominancia de encantamientos, de criaturas voladoras, artefacos, etc. Las posibilidades eran enormes y cada jugador podía sentirse plenamente identificado con algo que sentía como verdaderamente suyo, una baraja única.

Bien, todas estas posibilidades que he mencionado no existen en esta versión electrónica de Magic. El editor de mazos roza lo lamentable, ya que sólo te permite añadir o quitar las cartas que has ganado. No puedes tocar nada de los mazos predefinidos: ni quitar mana si crees que tiene mucho, ni criaturas que te resultan inservibles, ni añadir artefactos, ni muchísimo menos formar tu propia baraja multicolor. Tampoco existe la posibilidad de intercambiar cartas con otros jugadores.

En resumidas cuentas, Duels of the Planeswalkers no es juego para los que podíamos calificar como hardcore de las Magic. Estos encontrarán frustrante la imposibilidad de personalizar su baraja más allá de las limitadísimas opciones existentes. Sin embargo, su simplificado sistema de juego lo hace muy apto para novatos o simplemente para aquella gente que busca pasar un rato entretenido.

Queda por ver si Wizards of the Money repetirá en el contenido descargable de XBLA sus más que discutibles estrategias de marketing, aunque visto lo visto, creo que si el juego tiene éxito pronto veremos un sinfín de nuevos mazos, cartas, expansiones e incluso juegos.

7 / 10

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