Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser
El cartucho prodigioso.
Siempre me ha resultado interesante lo camaleónico del personaje de Mario. Lo hemos visto desfilar por juegos de plataformas (su hábitat natural), deportivos, de carreras, party games, y, por extraño que parezca, juegos de rol. En su última aventura vuelve a este género, que tan buenos resultados ha dado con las sagas Paper Mario y Mario & Luigi, al mismo tiempo que homenajea (a su particular manera) ese clásico del cine de ciencia ficción que es Viaje Alucinante (o su también recomendable remake protagonizado por Dennis Quaid, El Chip Prodigioso). Aderézalo con un importante componente de fan service y ya tienes el juego perfecto para los seguidores del fontanero italiano.
Como no podía ser de otra forma el objetivo final de Viaje al Centro de Bowser es salvar por enésima vez el Reino Champiñón, en esta ocasión de una extraña enfermedad llamada redonditis, que está afectando a los Toads hinchándolos como si fuesen pelotas gigantes. Pero esto pasará a un segundo plano cuando, tras una serie de bizarros acontecimientos, Mario y Luigi terminen atrapados en el interior del cuerpo de Bowser y se vean obligados a colaborar con él en pos de acabar con un enemigo común, a rescatar a la princesa Peach (que también ha sido engullida por el reptil) y a encontrar la forma de escapar de las entrañas de su archienemigo.
La premisa no es sólo interesante desde un punto de vista argumental (dando lugar a multitud de situaciones cómicas y autoparódicas), sino que también marca de forma decisiva el apartado jugable: usando las dos pantallas de Nintendo DS tendremos que controlar simultáneamente a Bowser y a Mario y Luigi, que se encuentran su interior. Lo que inicialmente puede parecer un planteamiento caótico es en realidad una delicia a nivel de control, gracias al depurado esquema diseñado por Alphadream. Con la cruceta movemos el personaje que tengamos activo, con el botón A se ejecutan las acciones de Mario, con el B las de Luigi y X e Y se reservan para los ataques de Bowser. Suena complicado, pero os bastará con sólo unos minutos para adaptaros a ello, y sin duda los excelentes tutoriales ayudarán a que os hagáis con los controles más rápido. Puede que se eche en falta un poco más de uso de las capacidades específicas de DS (la pantalla táctil es casi anecdótica), pero cuando todo funciona con la precisión de un reloj suizo - y estamos ante uno de esos casos - es difícil encontrarle pegas.