Análisis de Mario Sports Superstars
Larry Birdo.
Esto es un mensaje dirigido directamente a ti, lector o lectora: cuando acabes de leer este texto, levanta tu maldito culo de la silla y sal a hacer deporte, estés donde estés. ¿En casa? Unos abdominales. ¿En la calle? Ponte a correr. ¿En el autobús? Poledancing, y con suerte alguien te echará una moneda. Conozco mucha gente que no ha hecho deporte de verdad jamás en la vida y no me canso de decirles esto mismo que os digo a vosotros, y ojo, no es una cuestión de estética, es una cuestión de estímulos. El deporte, en cualquiera de sus múltiples formas, aporta sensaciones únicas: proponerte unos objetivos y alcanzarlos, ya sea individualmente o en equipo, siempre utilizando tu propio cuerpo como herramienta para ello y poniéndolo al límite. De momento, es imposible trasladar a un videojuego de forma pura esas barreras que le hacemos superar al cuerpo cuando entrenamos o jugamos, por lo que los simuladores de deportes se han centrado en otros aspectos: enseñar los fundamentos del deporte en cuestión y simular algunas sensaciones mentales que se pueden tener jugando, a través de ciertas mecánicas. No todos lo consiguen. Mario Sports Superstars, curiosamente, sí.
Y digo curiosamente porque Mario Sports Superstars necesita ser de una determinada manera, y lo consigue. Debe ser una recreación completa de cada deporte, pero sin dejar atrás la condición de arcade: por la naturaleza del universo de Mario, esto no puede aspirar a ser un Virtua Tennis a nivel de simulación, pero tiene que parecerse un poco, lo suficiente como para que sea fácil de jugar para cualquier persona, y al mismo tiempo lo bastante complejo para el que quiera especializarse. Lo mejor es hablar de cada deporte por separado, porque Mario Sports Superstars son prácticamente cinco juegos en uno, y no todos son buenos.
Mejor nos quitamos lo peor al principio. Mario Sports Superstars es un juego para 3DS, y como tal, tiene ciertas limitaciones técnicas: no se puede hacer cualquier cosa en esta plataforma. Aunque no nos demos cuenta a menudo porque los que se encargan de esto ya lo tienen dominado, un deporte de equipo tan dinámico como el fútbol es muy complicado de plasmar en un videojuego. Si sumamos esas dos cosas y la intención de los creadores por imitar la fórmula FIFA pero para portátil y con el universo Mario de por medio, no puede salir nada bueno. Básicamente, volviendo a que la clave está en la complejidad conservando lo arcade, este minijuego es un fallo de cálculo: pasarse de ambicioso pasa factura y dar unos pelotazos con Yoshi resulta ser un tedio muy complicado de jugar. Las animaciones son horribles, el propio juego está muy condicionado por el azar y muchas de las opciones propuestas, como tipos de pase o las filigranas, por mala aplicación, no las usas nunca porque no se te incita a ello.
Mario Sports Superstars necesita ser de una determinada manera, y lo consigue. Debe ser una recreación completa de cada deporte, pero sin dejar atrás la condición de arcade.
He empezado muy negativamente pero al final el fútbol es solo una mancha negra en el juego completo. En el caso de la equitación, a pesar de no convencer del todo, ya no hablamos de un error o un mal planteamiento. Se puede interpretar como una reinvención de Mario Kart pero con caballos: de hecho, hereda algunas aspectos del éxitoso juego de carreras, como el diseño de los circuitos o la propia estética, algo inevitable. Aun así, gracias a ciertas mecánicas únicas como la stamina del caballo, los elementos repartidos por el circuito (zanahorias, para la stamina, y energía para hacer un acelerón), una bonificación por cabalgar en grupo, y especialmente algunos obstáculos de salto, el minijuego consigue tener entidad propia y transmitir ligeramente algunos aspectos de la equitación. Además, tiene un componente estratégico extra: además de que cada personaje tiene unas características propias (puede ser de 4 tipos: fuerza, velocidad, técnica, o equilibrio, y en algunos deportes varían o se añade alguno nuevo), y esto se aplica a todos los deportes, en este también entran en juego las características del caballo. Capas de estrategia con el impacto justo en el juego como para que importe. No será el único en el que ese componente de estrategia importe.
Probablemente el tenis sea el más sencillo de todos pero es el que más cumple con la premisa principal. Al fin y al cabo, se trata de un diseño por capas: las primeras capas deben permitir accesibilidad para cualquiera, y las más avanzadas, profundidad y complejidad, todo de forma simultanea. Hasta un niño puede jugar al tenis en Mario Sports Superstars, utilizando los golpeos aleatoriamente, pero para el jugador que se interese por jugar bien, tendrá a su disposición un abanico enorme de golpeos de raqueta, todos útiles en determinados momentos. El juego hace que apetezca jugar bien, gracias a como está presentado el juego en pantalla, utilizando colores para cada golpeo y estelas que siguen a la pelota tras cada golpeo. Así, entre dejadas, globos o remates, puedes aprender a reaccionar en cuestión de un segundo con el golpe más adecuado, en función de la posición del rival en la pista. Eso es, exactamente, lo que significa jugar al tenis de verdad.
Es fácil cansarse de jugar a cada disciplina en poco tiempo, pero los amantes del deporte encontrarán una profundidad más que sorprendente para una recopilación del universo Mario.
Volvamos por un momento al componente estratégico: cada personaje tiene unas estadísticas determinadas en función del tipo de jugador que sea. Bowser será más fuerte que Diddy Kong, y este más veloz que Wario, por ejemplo. En Béisbol, debes asignar a los jugadores en las posiciones según sus aptitudes, y curiosamente tiene efecto en el juego: suele ser muy sutil, pero lo suficiente como para que funcione. En cualquier caso, no es lo mejor de este minijuego: cuando nos toca lanzar la bola, disponemos de varios disparos diferentes para forzar el strike o sacarle malos golpeos al adversario, y cuando bateamos, podemos reaccionar a cada lanzamiento que recibamos o hacer caso omiso de las bolas malas y los engaños. De nuevo, funciona como en el tenis: capas sencillas y capas complejas, para todo tipo de jugadores, y trasladando al juego mediante la mecánica los ejercicios mentales que se hacen cuando juegas a dicho deporte en la realidad.
Igual que hemos empezado por lo peor, como cuando comemos, el mejor bocado hay que reservarlo para el final. El diseño por capas funciona mejor que nunca, no tanto por las primeras, que son igual de sencillas que en otros deportes, si no más por las capas profundas. El golf es un deporte más de templanza que de ejercicio físico, poniendo a prueba no tanto la resistencia o la fuerza, si no la coordinación o la precisión milimétrica. Dada su naturaleza, la traslación a mecánicas de videojuego ha sido más sencilla, y por tanto más eficiente: sin dejar de lado nunca esa parte arcade, el juego te permite contemplar todas las posibilidades reales: tipo de palo, viento, elevación del terreno, altura de la hierba... Todo influye a la hora de golpear la pelota, y se aprende poco a poco, tanto adquiriendo conocimientos como entrenando esa precisión o esa quietud necesarias.
En realidad, el juego no tiene mucha esperanza de vida jugable: es fácil cansarse de jugar a cada disciplina en poco tiempo, pero los amantes del deporte encontrarán una profundidad más que sorprendente para una recopilación del universo Mario. Desde luego, es un logro considerable desglosar así cada deporte y adaptarlo al lenguaje del videojuego, y además conseguir acercar a cualquier persona al proceso exacto de salir al campo y jugar. A mi me han dado ganas de ir a un campo de golf; ya os diré otro día qué tal es mi swing. Que tiemble Tiger...