Análisis de Marvel's Guardians of the Galaxy - Exactamente como una película de Marvel
Don't worry, be happy.
Quizás no os sorprenda, pero tengo opiniones bastante firmes sobre cómo debe ser una buena película de superhéroes. Fundamentalmente, creo que las mejores historias de este tipo vienen de la mano de una historia sencilla y fácil de entender que esconde un poquito más de complejidad, si sabes buscarla. Son divertidas, te hacen reír y enternecerte a ratos y, a pesar de que podrías pararte a pensar y argumentar un montón de agujeros de guión en ellas, no tienes ganas de hacerlo. Las películas de superhéroes no son lo que entendemos como cine culto, ni profundo, ni transgresor: son pequeñas cajitas de felicidad que nos hacen salir del cine con ganas de ser más hábiles, más listos y un poco más ingeniosos. Durante unos segundos, el mundo parece un poco menos cruel; y en todas esas sensaciones, creo que Marvel's Guardians of the Galaxy está a la altura de las mejores películas del Universo Cinemático de Marvel.
Es, la verdad, decir mucho. Especialmente si tenemos en cuenta que el juego está inspirado en una historia concreta de los tebeos que ni es particularmente idiosincrática de los Guardianes de la Galaxia ni, la verdad, especialmente brillante. Deciros exactamente cual es os estropearía la sorpresa; pero, si lo habéis leído, seguramente la mención aparentemente gratuita de cierto personaje a mitad de juego comenzará a haceros sospechar. En cualquier caso, es una adaptación muy libre, que saca bastante potencial del material original incluso cuando - o eso pensaba yo - no había ahí mucho que rascar.
Al menos, sí os puedo contar cómo empieza el juego: con los Guardianes de la Galaxia metiéndose, como de costumbre, en un lío, y teniendo que buscar la manera de solucionarlo. Uno de los primeros conflictos que nos plantea la historia es, de hecho, que a los Guardianes les han puesto una multa que tienen que pagar en un plazo de tres días si no quieren que su nave sea embargada. La historia, como ya os imaginaréis, termina por complicarse mucho más, pero los primeros compases del título son especialmente dulces precisamente por ser mundanos. Nos dan tiempo a conocer a sus personajes muy poco a poco y a ir saboreando las dinámicas que se establecen entre ellos. Para quienes ya conozcáis a Drax, Groot, Rocket, Gamora y Star-Lord, ya sea de los tebeos o del cine, no habrá mucha sorpresa. Nuestro protagonista, y el personaje a quien controlaremos, es Star-Lord, un poco patán, bastante ligón y obsesionado con la música de los ochenta; Drax es muy serio y se toma todo literalmente, no entendiendo el humor; Gamora es la asesina más letal de la galaxia, un poco sarcástica y poco propensa a mostrar afecto; Rocket es un quejica y sus cosas favoritas son chinchar a Star-Lord y hacer que los enemigos vuelen por los aires; y Groot es, bueno, un árbol gigante que se llama Groot. Nos daremos cuenta, pronto, de que este no es un equipo de superhéroes convencional, y de que a pesar de que los personajes claramente se aprecian entre sí, no dudarán en gruñirse entre ellos, lanzarse bromitas hirientes o picarse para ver quién hace mejor su trabajo.
La estructura del juego es lineal: es decir, se nos dará un objetivo, llegaremos a un nuevo mapa, y no podremos salir de él hasta superarlo. Dentro de cada fase habrá zonas de exploración en las que tendremos que resolver puzles para ir avanzando, y zonas de combate en las que nos enfrentaremos a distintos enemigos. Parte de la magia del juego reside en el hecho de que, a pesar de que ninguno de estos dos elementos - ni el combate ni la exploración - son particularmente complejos, mantienen nuestro interés porque, mientras las realizamos, el diálogo entre los personajes es constante. Los Guardianes de la Galaxia siempre están comentando el entorno, contándose batallitas y pequeños detalles de su planeta de origen, haciendo chistes o quejándose sobre el último enemigo que les ha tocado derrotar. La escritura del juego, si bien no será del gusto de todos, inclina la balanza completamente hacia el lado de la comedia, y genera situaciones que, como mínimo, nos sacan una sonrisa. Como digo, es posible que el estilo no le guste a todo el mundo, ya que pone mucho, mucho hincapié en el humor; en cualquier caso, el tempo cómico está muy trabajado para crear una ambientación ligera y una dinámica de personajes interesante sin llegar a agobiarnos con los chascarrillos constantes.
Durante la historia, que tiene casi una veintena de capítulos, visitaremos diferentes mapas: algunos, los exteriores, nos permiten visitar planetas más abiertos, y otros nos llevarán al interior de edificios más cerrados. Generalmente, tendremos que resolver algunos puzles sencillos para abrirnos paso. Cruzar precipicios, abrir puertas, restaurar la corriente de generadores y apartar obstáculos del camino serán el día a día de nuestros guardianes. Y, de nuevo, la dinámica entre los personajes sostiene todo lo demás. Durante la exploración, pulsando el botón R1 podremos solicitar la ayuda de nuestros compañeros para determinadas tareas. Groot puede hacer crecer raíces que nos permitan cruzar de un lado a otro, Rocket puede colarse por espacios pequeños y hackear terminales, Gamora escala y rompe obstáculos, y Drax podrá usar la fuerza cuando haya que mover algo pesado. La parte más original es que no siempre estarán de acuerdo con nosotros: a veces acatarán nuestras órdenes, pero a regañadientes. Otras veces, si nos equivocamos de camino, se reirán de nosotros, o insistirán en cómo ellos tenían razón y teníamos que haber tomado la ruta contraria. Prácticamente todos los desafíos de este estilo tienen soluciones bastante sencillas, incluyendo el obligatorio puzle de tuberías para restaurar la energía de una puerta, pero el diseño de cada mapa es lo suficientemente ágil para que sus dinámicas no acaben por volverse repetitivas.
El combate es un poco más flojo, a pesar de que cumple, en mi opinión, la función que se propone: ser sencillo y no agobiarnos con demasiados elementos a la vez. En él, como en el resto del juego, manejamos a Star-Lord, que ataca utilizando sus pistolas duales. Con el botón R2 utilizaremos el disparo básico, y con el R1 un disparo elemental con propiedades específicas. Al principio, el único disparo elemental que tendremos será el de hielo, que congelará a los enemigos, pero poco a poco iremos desbloqueando nuevas habilidades para ésta. El disparo elemental consume una pequeña barrita de munición, y tendremos que esperar un tiempo para que se recargue; el básico también consume balas, pero cuando se nos agote el cargador, tendremos una pequeña ventana de recarga perfecta con la que no tendremos que esperar para seguir disparando. Hay un ataque cuerpo a cuerpo que es más bien anecdótico, y la posibilidad de pulsar R1 para darle órdenes a nuestros compañeros de equipo para que ejecuten distintas acciones especiales, que es donde realmente reside la variedad. Con Star-Lord no podremos efectuar ningún ataque de área, así que Gamora, Drax, Rocket y Groot serán útiles para aturdir a los enemigos, para hacerles daño conjunto cuando estén agrupados o para efectuar algunos movimientos especialmente poderosos.
Los ataques que encadenemos, sean nuestros o de nuestros compañeros, irán llenando un medidor de combo que, al completarse, nos permitirá "hacer piña", es decir, reagrupar a nuestros compañeros, darles un pequeño discurso motivacional y aumentar nuestras estadísticas. Star-Lord se enchufa su walkman, empieza a escuchar música - muy bien escogida, la verdad - y el temazo nos da el empuje suficiente como para salir hacia delante cuando las cosas se pongan complicadas. Cuando activamos la cinemática de hacer piña, nuestros compañeros nos dicen un par de frases, explicando los problemas que les presenta el combate, y nosotros podremos elegir una respuesta que darles. Si escogemos la respuesta correcta, el bonus que nos ofrece esta mecánica será más largo. Al final del combate, se nos darán unos puntos de experiencia - que dependen, en cierta medida, de este medidor de combo - que nos servirán para desbloquear nuevas habilidades de los personajes.
Esta no será la única ocasión en la que podremos tomar decisiones. Durante toda la historia y los fragmentos de exploración se nos ofrecerá la oportunidad de participar en las conversaciones, ya sea con los otros Guardianes o con el resto de personajes con los que interactuaremos durante el desarrollo de la trama. Algunas de estas decisiones no tienen ningún impacto sobre la trama, pero en otras ocasiones se nos presentará la opción de actuar de una manera o de otra, o de apoyar a uno u otro personaje cuando estén discutiendo o debatiendo sobre algo. En estas ocasiones, lo que decidimos sí que puede impactar a los acontecimientos, nunca de manera particularmente disruptora pero sí lo suficientemente relevante como para permitirnos saltarnos algunos puzles o facilitarnos algunos combates.
El conjunto, la verdad, funciona perfectamente. Pero la sencillez que rebosan todas las mecánicas de Guardianes de la Galaxia es, al mismo tiempo, su virtud y el motivo por el que el juego no puede llegar a ser excelente. La mayoría de la aventura será divertida, ligera y muy variada, pero el juego adolece quizás de ser un poco más largo de lo que debería, y el tercio final comienza a flojear un poco. No tanto en cuestión de historia como en cuestión de acciones: cuando el conflicto se pone más tenso y tenemos que enfrentarnos a mayor cantidad de enemigos, cuando las peleas se hacen más abundantes, puede acabar por sobrevenirnos el tedio porque el sistema tan apenas cambia en la casi veintena de horas que nos llevará completarlo. Hay un par de gloriosas excepciones en una pelea contra un jefe concreto y un par de segmentos de guión particularmente inspirados, pero en general da la sensación de que el juego no termina de atar todo lo que prometía al principio en su conclusión.
No creo, aun así, que esa simpleza mate el juego: es, al fin y al cabo, lo que Guardianes de la Galaxia quiere ser. Un juego ágil, divertido, repleto de referencias al universo Marvel y a la Marvel galáctica que todavía no habíamos, tan apenas, explorado dentro de los videojuegos. Uno que nos hace sentir parte de este grupo de superhéroes improbables, que salvan el mundo a su manera, y que tienen unas dinámicas muy genuinas y particulares. Las comparaciones son odiosas, pero es muy difícil no hacerlas: este juego es, simple y llanamente, lo que Marvel's Avengers tendría que haber sido. Una aventura cómica, tierna y graciosa, que nos deja acompañar a los personajes que ya sabemos que nos gustan en una epopeya más. Si lo que el juego quiere ser es divertido, y no necesariamente profundo o reflexivo o innovador, entonces la manera en la que se desenvuelve con el material que tiene es todo un éxito; y aunque a veces podamos pensar lo contrario, ser amable y divertido es un propósito tan digno como cualquier otro para una pieza cultural.