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Más allá de Kickstarter

Tu dinero puede crear videojuegos.

No cabe duda que la reciente iniciativa de Double Fine y Tim Schafer en la página Kickstarter.com para llevar a cabo una nueva aventura gráfica de corte clásico ha supuesto un punto de inflexión en la industria.

Conseguir más de 3 millones de dólares directamente de los fans no es moco de pavo. Difícilmente otros proyectos llegarán a alcanzar tal cantidad de dinero, pero eso no quita que a raíz de este fenómeno muchos otros pequeños desarrolladores de videojuegos, con presupuestos más modestos, se hayan animado también a entrar en Kickstarter para conseguir la financiación necesaria con el objetivo de lanzar esos juegos que hasta ahora no habían conseguido el dinero con los métodos más tradicionales.

Entonces, ¿qué ha cambiado? ¿cómo lo han conseguido? Está claro que no todas las compañías ni personajes de la industria tienen la capacidad para movilizar a tal cantidad de fans, y ahí es donde entra el crowdfunding y concretamente la plataforma en la que se sustenta la web de Kickstarter.com.

El crowdfunding (o financiación colectiva), es la forma que tienen pequeños proyectos de poder llevarse a cabo sin la necesidad de recurrir a inversores externos, compañías productoras o créditos bancarios. El crowdfunding se basa en la premisa de que tus clientes potenciales paguen por adelantado un producto, que aún no está acabado pero necesita de capital líquido para conseguir terminarlo. En definitiva, no es ni más ni menos que una evolución de las famosas y tradicionales reservas, pero con la diferencia que pagas toda la cantidad por adelantado; la cantidad que tú elijas.

El gancho de Kickstarter está en que añade una serie de incentivos adicionales para los clientes que han apostado por ese producto. Estos incentivos pasan por darte acceso a la beta, poner tu nombre en los créditos, ediciones especiales, regalar la banda sonora, items exclusivos in-game, camisetas, posters firmados, libros de arte o incluso conocer a los desarrolladores en persona. Es decir, tú, como usuario pones una cantidad y dependiendo de esa cantidad obtendrás únicamente el juego (obviamente cuando esté acabado) o el juego más una serie de extras. Cuanta más cantidad "inviertas" más extras exclusivos, claro.

En definitiva, una bonita y elegante forma para que tanto los fans como los desarrolladores obtengan lo que quieren. Es una comunión perfecta. Es por eso que quiero daros a conocer algunas propuestas interesantes que ahora mismo podéis encontrar en Kickstarter. Si hay suerte quizá os descubra algún juego que os enamora y con vuestra aportación conseguís que sea una realidad.

Remake de Leisure Suit Larry:

El mismísimo Al Lowe, el creador original del 'sexsymbol' Larry, vuelve con la intención de hacer un remake en HD de su primera aventura gráfica.

Wasteland 2:

Wastleand fué uno de los primeros RPGs que se puedan recordar hoy día. Ambientado en un mundo post-apocalíptico, Wasteland es el precursor de la saga Fallout. Su creador original, Brian Fargo, junto a un equipo de veteranos de la industria quieren reavivar esta vieja franquicia con sabor añejo.

Shadowrun Returns:

Los fans del rol seguro que conocen esta franquicia. Ambienta en un mundo cyberpunk, ha tenido en su haber grandes novelas y libros de rol. Desgraciadamente su paso por el mundo de los videojuegos ha sido más tumultuoso. Jordan Weisman, el creador original, tiene la firme intención de devolver el honor y esplendor que esta franquicia merece.

The Banner Saga:

Sin ningún nombre famoso que encabece este proyecto, The Banner Saga cuenta con un grupo de gran talento que quiere combinar una experiencia cinemática cercana al mundo de la animación con un juego de estrategia y acción por turnos. Si os gustan los dibujos animados os encantará esta idea.

Echoes of Eternia:

El proyecto más humilde de los que he citado, pero no por ello menos interesante. Se trata de un JRPG clásico en 2D y con vista cenital, como los de antaño en la SNES. Con un diseño muy atractivo, sin duda los amantes del género sabrán valoralo como merece.