Mass Effect 2
Otro candidato a GOTY 2010.
El primer Mass Effect era, en términos generales, un juego soberbio. Aunaba la acción, el rol, la estrategia y la aventura utilizando como aglomerante una historia de ciencia-ficción futurista y estelar, sazonándolo todo con unos niveles de producción fabulosos. Desde el guión y la interpretación hasta los gráficos o la música, Mass Effect era una experiencia arrolladora. Algunas fallas, empero, hacían tambalearse por momentos el magnífico edificio que eran las aventuras estelares del comandante Shepard y fueron estas fallas las que afearon un tanto el resultado final del título: largos tiempos de carga, menús ingobernables, tediosas y poco gratificantes fases de exploración, escenarios repetitivos y una insistente y molesta tendencia de las texturas a presentarse con retraso –incluso durante las escenas de diálogos-. Todas estas cosas hicieron de un posible juegazo summa cum laude y marcaépocas algo más parecido a un buen juego de notable alto. Pero eso es el pasado, porque el futuro inmediato de la franquicia no podría pintar mejor.
Hemos podido probar Mass Effect 2 en las madrileñas oficinas de Electronic Arts y, en esta ocasión, no parece que nada vaya a impedir a la secuela alcanzar la cima negada al original. Sólo para empezar, la inestabilidad tediosa de los gráficos de Mass Effect ha desaparecido: Mass Effect 2 es una caricia para las retinas. El juego se mueve suave y rápidamente, fluido, estable y consistente (y con un grado de detalle absolutamente demencial en la versión PC, por cierto).
La iluminación, el diseño artístico y la animación mejoran también a los de la primera entrega. Muy como en "El Imperio Contraataca", nos hallamos ante un episodio más oscuro, dramático y amenazador en la saga, y esto se refleja en el aspecto del juego: parajes helados, nocturnos, abundancia de negro, naranja, rojo y gris; el mejorado mundo de Mass Effect aparece con traje de noche y con una elegancia y una calidad que llaman la atención y obligan a girar la cabeza a su paso, como el porte galante de una Lauren Bacall.
También este tono oscuro y amenazador pero inteligente y elegante se refleja en el guión: tras un bestial comienzo que no os vamos a revelar, los acontecimientos se vuelven imprevisibles para nuestro personaje y buena parte de la historia la pasaremos intentando saber en quién podemos confiar y en quién no. Shepard, por muy Espectro que sea, está ahora rodeado de circunstancias adversas y nunca sabremos de dónde nos puede venir el siguiente palo.
En cualquier caso, esta vez su periplo lo marcará aún más profundamente que en el pasado. Desvelar la auténtica amenaza que se cierne sobre la Galaxia, el nuevo papel de la humanidad en ella tras el incidente Saren y esclarecer los propósitos de la organización Cerberus serán el hilo conductor de una trayectoria que en BioWare estiman en torno a las ochenta horas de duración, incluyendo las misiones secundarias y las de exploracion, que se nos ha prometido serán más variadas (en acciones, ambientación y escenarios) y también más ligeras.