Men of War: Assault Squad

Donde sí hemos visto más cambios ha sido en la infantería, unidades que nos aportan esa sensación de primera línea de combate y que bien administradas pueden dar la vuelta a un combate. En este sentido hay que recordar que vuelve la gestión de inventario, por lo que las balas y el tipo de arma se deben aprovechar al máximo. Infantería variada, francotiradores, escuadrones lanzallamas y antitanque están presentes en todos los combates, mientras que otras unidades se quedan como exclusivas de cada facción o de algunos escenarios como los del desierto.

Por otro lado, en este Squad Assault el ritmo de la partida se vuelve más crítico que antes, con unos frentes que pueden variar tanto a tu favor como en tu contra por el uso y despliegue de unidades con torretas montadas y morteros, cuya importancia se multiplica. Además de, por supuesto, aprovechar todo lo que haya en el terreno de combate o el material enemigo abandonado.

Otro elemento importante han sido los refuerzos. Éstos se dividen en infantería, armados y soporte y van des de francotiradores hasta ametralladoras montadas, pasando por poderosos tanques y acorazados de guerra. A todos estos los podremos llamar una vez tengamos suficientes puntos, que iremos consiguiendo a medida que capturemos más puntos críticos del mapeado. A mayor porcentaje de bases controladas, mayor será el valor que recibiremos a cambio.

El modo de control directo sigue estando aunque sigue rompiendo el ritmo de la batalla y puede llegar a ser contraproducente en nuestra estrategia general.

En el aspecto sonoro aún hay margen para mejorar porque las voces quedan como genéricas aunque concuerdan con las situaciones en las que nos encontramos. Quedando par el recuerdo frases referentes a la llegada de granadas, a la búsqueda de trincheras o al aviso de disparo de mortero.

Men of War: Squad Assault se muestra continuista en su formula pero ofreciendo ciertas mejoras que pulen las experiencia general y hacen un poco más fácil, aunque solo un poco, el combate. Veremos qué nos acaba ofreciendo el producto final, pero de momento ya os podemos decir algo que sí tendrá: sufrimiento primerizo que dará paso a una gran satisfacción.