Mercury Hg
Una tabla periódica muy divertida.
Para jugar a Mercury HG sólo son necesarios los dos sticks y algún que otro botón. A veces habrá que mover la bola entre múltiples obstáculos, plataformas y caminos, tarea realmente difícil si no tienes suficiente paciencia y habilidad. En ocasiones habrá que ir rápido para alcanzar la meta en el menor tiempo posible, otras lento para así poder esquivar con precisión el abismo, o recoger los objetos de bonificación. Y cuando terminamos un nivel además de despejarlo y pasar al siguiente obtendremos una serie de puntos con los que abrir nuevas zonas. Atentos al tiempo porque es carne de cañón de los rankings online.
Luego están los distintos modos de juego, contrarreloj, contra el fantasma de otro jugador, modo exploración en el que desbloquear nuevos elementos de la tabla... Sea como sea, quedaréis engatusados por su mecánica. ¡Ah! y preparaos para reiniciar, porque moriréis por culpa del reloj, que solo dará un puñado de segundos para terminar el nivel y apremiará sin concesiones. Moriréis cortesía del puñetero diseño de niveles, con sus caminitos milimétricos, su uso de la inercia, y sobre todo con sus activadores y objetos caprichosamente colocados, a la espera de cualquier descuido. Puede que la frustración os haga aparcarlo un par de días, pero se os pasará cuando entendáis que el verdadero obstáculo que impide alcanzar el final del nivel es vuestra propia torpeza.
Pero no es el factor mecánico el único artificio de nivel; también está la banda sonora de corte electrónico que se asimila perfectamente con el entorno en el que le ha tocado ser escuchada. Y que en algunos casos hará comportarse de forma pareja al propio diseño del nivel, lo cual recuerda ligeramente al mencionado REZ o Lumines. La estética está rematada con un fondo difuminado compuesto a partir de formas geométricas tridimensionales que hacen las veces de visualizador sonoro a juego con los distintos loops electrónicos. La mala noticia es que los temas saltan al siguiente cada vez que mueres y nunca terminas de engancharte a ninguno; la buena, que existe la posibilidad de importar tu propia biblioteca musical.
Y no hay mucho más. El diseño visual y musical, y el comportamiento combinado del control y el motor físico hacen especial a Mercury HG. Su planteamiento básico y sus parámetros bien definidos maximizan la diversión. Podemos decir que mínimo es máximo.
Ideas como ésta, juegos como éste, no son un mero exabrupto para ser asimilado por la industria. Son un arma para defenderse contra la carrera hacia el hiperrealismo.