Metroid Prime Trilogy
El Orange Box de Wii.
Cuando me compro la edición especial de una película que me encanta y que ya he visto decenas de veces lo primero en lo que me fijo es en los extras que lleva. De hecho, tengo montones de películas en DVD de las que sólo he visionado el disco de extras, y no me siento mal por hacerlo. Es así, la peli ya me la sé y ya la veré otro día... Lo que me interesa es conocer aquello que todavía no conozco, nuevos datos, profundizar en la obra vaya. Es algo muy personal, claro, como también lo será el siguiente análisis.
Y es que no puedo hablaros de este juego desde un punto de vista alejado, objetivo y todas esas mandangas. Si queréis leer un buen análisis donde os expliquen con detalle la historia, el funcionamiento y las novedades de este Metroid Prime Trilogy os recomiendo que leáis e-s-t-o-s artículos de la competencia. Seguro que os darán una imagen más aproximada de lo que os espera cuando desembolséis los 50 eurazos que vale este juego.
Empecemos por la caja: podría molar más. Quiero decir... En la edición USA es de metal (como las ediciones especiales de Xbox 360) y la verdad es que impone. La que nos ha llegado a nosotros es la clásica de plástico blanco y va con una funda (como la que llevaba nuestro amado WiiMusic), menos mal que el diseño está conseguido y la sensación al tacto es de tener entre las manos algo contundente (parece algo importante). Dentro de ella nos espera un solo DVD con los tres juegos de la saga Prime, las instrucciones y un libreto con artworks y textos genéricos que no descubren nada que no sepa ya. Está bien, no hay ninguna queja en este aspecto, para el fetichista videojueguil realmente aporta un valor añadido a lo que es un juego normal. Además, ha conseguido superar la prueba de fuego de encajar con estilo entre los juegos normales en el contexto de una estantería, algo en lo que flaquean muchas ediciones especiales (como la última del Batman, que mucho Batarang pero luego los discos metidos en un caja de cartonzucho).
Esta imagen resume a la perfección el juego, no hace falta perder más tiempo leyendo.
En lo que se refiere a extras ya está más flojita la cosa. Haberlos hay los, por ejemplo, podemos desbloquear las bandas sonoras de los tres juegos, nuevos modos de dificultad, trajes especiales, galerías de fotos, truquillos para jugar a ser dios, los finales... Están bien, pero quizás los fans de Metroid busquen algo más. Por ejemplo, molaría que se hubieran currado un reportaje en vídeo sobre la saga, una especie de retrospectiva, entrevistas a sus creadores de Retro Studios, elementos descartados, etc. Extras que realmente supusieran una auténtica celebración de la saga más allá de lo típico. En cualquier caso, lo que resulta más irritante es que los que hay no están disponibles desde un principio, sino que hay que desbloquearlos jugando y pasándose los tres juegos. Haciéndolo ganamos unos créditos de distintas categorías que podemos intercambiar por los susodichos 'extras'. Como he dicho al principio, cuando me compro una edición especial es por los extras, y no para jugar de nuevo al mismo juego que ya me sé de memoria y que ahora no me apetece.
Además, no nos engañemos, porque aunque en Nintendo –con la bondad absoluta que la caracteriza– tenga el deseo de llevar la felicidad a todas las casas, de estrechar los lazos entre padres e hijos y de que todas las personas que no jugaron a la saga descubran estos juegos tan buenos... En el fondo está claro que la mayoría de los que comprarán este Metroid Prime Trilogy son los propios fans de toda la vida, gente que ya tiene los de GameCube. Sí, quizás hay algunos que no y son jugones de pro y quieren descubrir este juego del que todo el mundo habla tan bien. Pero ya os digo que Metroid Prime Trilogy no interesará lo más mínimo a aquellos que todavía están en estado de shock tras jugar Wii Sports.
Repaso rápidamente las novedades a nivel jugable. Primero, al igual que Zelda Twilight Princess, los tres juegos se presentan en modo WideScreen para jugar de forma óptima en los ya estándar televisores panorámicos. Más cositas, tenemos un sencillo modo multijugador en el que hasta cuatro jugadores (en pantalla partida) pueden chamuscarse el trasero con rayos láser. Una lástima que no haya opciones online, ausencia que para nada me sorprende.
Ahora bien, la principal novedad a nivel jugable es que las dos primeras entregas han visto renovado por completo su sistema de control para adaptarse al mando de Wii. Ahora, en lugar de jugar con el mando de GameCube nos moveremos exactamente igual que lo hacíamos en Metroid Prime 3 Corruption. Con el Wiimote apuntamos y giramos la cabeza y con el Nunchuk nos desplazamos. Este sistema de control encaja a la perfección, es sumamente elegante y hace que la experiencia con los dos primeros juegos sea todavía más dinámica y fluida.
A nivel visual los juegos son los mismos, hay una ligera mejora en alguna textura, pero tampoco se nota mucho, y tampoco se echa de menos. Ahora bien, el hecho de tener los tres juegos juntitos hace que apreciemos un poquito la sutil superioridad gráfica de la tercera entrega por encima de las de GameCube. Pero es poca cosa y el conjunto de los tres es tan absolutamente coherente y redondo, como Samus convertida en una bola de queso Sombrero de Copa.
El momento de máxima emoción que un servidor vivió durante la pasada generación fue con el primer Metroid Prime. Tras años de espera desde la última y gloriosa entrega para 'el cerebro de la bestia', los 15 minutos iniciales de aquel juego programado por aquel desconocido estudio tejano fueron de lo más grande que uno ha vivido delante de una pantalla. El instante en el que sin querer disparé un misil contra la pared y por un instante vi la cara de Samus reflejada sobre el casco FLIPÉ. Los tres juegos son auténticas joyas atemporales. No los considero juegos de acción en primera persona, sino aventuras en primera persona y realmente si no los has probado y te molan los videojuegos deberías hacerlo ya mismo.