Monster Hunter Freedom Unite
La pesadilla de un redactor de guías.
La pesadilla de un redactor de guías, sí. Porque Monster Hunter Freedom Unite es, sencillamente, inabarcable. Incluso de cara a realizar un análisis... ¿Cómo se puede condensar en menos de tres folios una experiencia de dimensiones enciclopédicas sin dejar de mencionar tantos detalles?
Lo mejor es que las cuatrocientas misiones y (literalmente) miles de armas, equipamiento e ingente cantidad de ítems listos para ser recolectados, mezclados y fabricados jamás van a suponer impedimento para disfrutar de su adictiva experiencia de juego.
Nada nuevo bajo el sol, eso ya lo sabemos todos (la franquicia acumula secuelas y expansiones de idéntico corte), y por ello mismo es loable que aun así sea incapaz de hastiar incluso al más experimentado cazador de monstruos.
La entrega que nos ocupa es una versión occidental del Monster Hunter Portable 2nd G, editado en Japón el 27 de marzo de 2008 (y que suma ya más de dos millones de unidades vendidas). A su vez, ésta es una expansión de MH2, pero que nadie se lleve a engaño: mientras esperamos ansiosos la definitiva tercera entrega en Wii, probablemente ésta sea la oportunidad más clara y disfrutable para abordar su propuesta partiendo de cero. Un producto capaz de ser deglutido tanto por especialistas como por recién llegados; ambos compartirán una curva de dificultad idéntica en el recorrido de niveles, sólo es que los primeros prescindirán de un entrenamiento que resultará valiosísimo para los segundos. Y aun así, dado el carácter de largo recorrido que atesora este UMD, jamás lograremos quitarnos de la cabeza esa máxima que cada segundo se cumple en nuestras propias vidas: es imposible dejar de ser meros aprendices en una espiral de retos constantes. O al menos, esa es la actitud hacia el éxito que buscamos.
Para ponerlo todo más fácil, recurriremos a una postal que se tornará familiar a poco que encadenemos un par horas en Monster Hunter Freedom Unite.
Como la vida misma (de un cazador de monstruos, vaya)
"Recién levantado y con alguna que otra magulladura de flamantes batallas (o tal vez un duro día de recogida en las montañas nevadas), aún me pregunto cómo demonios he acabado convirtiéndome en el cazador oficial de Pokke. ¡Si sólo fuera cuestión de ganar unas monedas capturando dóciles crías de Popo! Un rápido vistazo a la aldea y sus gentes me hacen recordar que en realidad les debo la vida, así que puede que sea lo justo. ¿Por dónde empezar, entonces?
Tal vez una visita a la granja me anime el día, al menos siempre es mucho más seguro dedicar una mañana a la pesca de Sushi antes que jugarme el cuello por culpa de un Wywern furioso. Claro que antes debería echarle un ojo a esa panda de vagos Felynes en la cocina antes de ir a por género. No puedo creer que me hayan dejado al cargo de semejante tarea. ¡Espero que al menos sean capaces de prepararme un mísero Hopi como dios manda! Y ahora que recuerdo, ando algo escaso de personal últimamente (los huevos de Giaprey no se cotizan al alza en tiempos de crisis, así que puede ser una buena idea ir a por ese maldito Tigrex y llevarme unas buenas perras). Aquí el tiempo, ya lo veis, pasa deprisa.
Cuando no estoy liado capturando bichos para mejorar el equipo, preparando barbacoas, cazando insectos, combinando hierbas para pociones, rebuscando entre matorrales o picando minas, siempre consiguen convencerme para ir a la búsqueda de monstruos descomunales. Ya ni recuerdo los incontables pares de botas que he destrozado recorriendo junglas, desiertos, cavernas, volcanes y pantanos infestados de pesadillas con dientes, tentáculos y muy mala leche. Claro que, para bien o para mal, esta es mi vida".
Y así, partiendo de un avatar creado desde cero o que podemos importar de anteriores partidas en MH2, es como vamos construyendo la historia. No existe un hilo central que nos obligue a seguir tramas predefinidas. En realidad, son las conversaciones y pura mecánica de las múltiples tareas a nuestra disposición lo que va conformando nuestra rutina.
Decíamos al principio que Capcom ha sido siempre capaz en esta franquicia de no abrumar al jugador pese a la gran cantidad de cifras que maneja en términos cuantitativos. Existe una buena parte de usuarios que no acaban de encontrarle la gracia a eso del sandbox por la falta de linealidad o guía que les ayude a saber cuales son sus límites. En Freedom Unite, sin embargo, probablemente encuentren mayor cohesión a pesar de la ausencia total de guión y dependencia de uno mismo para abordar la agenda personal. Tal vez sea que el objetivo es claro y se aglutinan muchos elementos sobradamente conocidos en juegos de rol (e incluso MMO´s).