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MotoHeroz

Jugando a ser héroes.

Se nota el cariño y el trabajo que ha puesto la desarrolladora en cada uno de los niveles y eso ayuda a que el juego sea especialmente adictivo. ¿Qué es lo que falla, entonces? Que despuntan demasiado lentamente y que les acompaña una curva de dificultad con altibajos. Los niveles iniciales son demasiado simples, hacia la mitad el juego se permite alternar entre desafíos complicados y sencillos y el final puede acabar con la paciencia de muchos. Además, como ya pasaba con Trials HD, se basan en el método de prueba y error y eso hace que MotoHeroz sea más asequible, más dócil, pero no menos desesperante.

Los potenciadores que aparecen en los niveles ayudan a que la variedad alegre un poco el desarrollo. Podemos usar muelles para saltar, ruedas especiales para subir paredes, convertirnos en fantasmas para atravesar a los que van delante nuestro, paracaídas, jetpacks… Y sí, hace un gran favor a la diversión, pero podrían haberse aprovechado muchísimo más en el modo Historia. Donde sí se nota lo que pueden dar de sí estos añadidos es en el multijugador local, un pasatiempo divertidísimo para disfrutar con tres amigos más. Piques asegurados.

MotoHeroz se ve muy bien a pesar de que no hace grandes alardes. La variedad que comentábamos ayuda a que la sensación de avanzar por continentes distintos, cada uno con su ambientación, sea mayor y queramos saber cómo será el siguiente. Además cuantas más monedas coleccionamos más coches nuevos podemos comprar para usar en el multijugador, lo que asegura otras tantas horas de diversión. En el apartado sonoro no luce tanto, con melodías escasas que no molestan demasiado pero que se repiten y tampoco son nada especial.

Por los 15 euros (1500 puntos) que hay que desembolsar para hacerse con él, la duración del juego es un pelín escasa, nada alarmante. En seis u ocho horas pueden terminarse tranquilamente sus 75 niveles, aunque depende de si decides recolectar todos los objetos y espíritus, lo que eleva bastante el tiempo de juego. Muy a su favor tiene que en WiiWare la competencia prácticamente brilla por su ausencia y resulta una opción de compra recomendada si buscáis algo rápido, intenso y entretenido, además de un contendiente perfecto para jugar los sábados por la noche con los amiguetes y unas cuantas birras.

MotoHeroz es un ejemplo de cómo independientemente de la narrativa un juego apela a la curiosidad del jugador, a sus instintos más básicos, y cómo muchas veces nos vemos empujados, casi obligados, a forzar la experiencia para encontrar cualquier cosa que sobrepase las propias barreras del juego. Algo nuevo, algo que no esté planeado; algo que descubramos nosotros y sólo nosotros, o que al menos lo parezca. Es esa curiosidad innata, esas ganas a las que te empuja el juego de probar lo imposible, lo que hace que a pesar de sus fallos la apuesta de RedLynx sea tan divertida.

7 / 10

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