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Naruto Shippuden: Ultimate Ninja 4

Aún le queda camino para ser Hokage.

A la hora de ponerme a escribir estas líneas escucho un par de noticias sobre el Festival de Cannes. Cómo no, Tarantino vuelve a provocar división allá donde pisa. Esta vez es un remake de una película bélica de hace ya unos cuantos años. Otro más que ha caído en el juego de Hollywood, en el arte del copia-pega, inmerso en una industria donde toda obra es susceptible de seguir dando dinero mucho tiempo después de su lanzamiento, dándole una apariencia más bonita pero robándole el espíritu.

Oh, espera. Igual que en nuestro mundillo. Solo que al menos en Hollywood tienen la decencia de esperarse unas cuantas décadas para desenterrar el cadáver. Aquí lo sacamos de la tumba todavía caliente, con el rostro apenas descompuesto, dispuestos a construir en base a él una suerte de replicante como los de Blade Runner, con una apariencia tan aterradoramente similar al original que hemos de dotarles de un mecanismo para que vivan durante un tiempo muy limitado y después desaparezcan. Como lágrimas en la lluvia. Pero en este caso no son sus propios recuerdos los que morirán con ellos. Será nuestro recuerdo de ellos.

Considerado por muchos el sucesor de Dragon Ball en lo que al reinado del manga a nivel mundial se refiere, Naruto lleva a lo tonto casi 10 años siendo publicado (aunque aquí nos llegara con cierto retraso). Una saga que recoge las aventuras del homónimo aprendiz de ninja, un chaval algo patoso y cabezón que tiene el objetivo de ser Hokage (el ninja más importante en su aldea) de la Villa Oculta de la Hoja, y que cuenta con el poder de una antigua bestia, el Zorro de Siete Colas.

Su éxito ha propiciado numerosas adaptaciones al videojuego, entre las que se encuentran las dos de Playstation 2: Ultimate Ninja (que ya ha sido portado a PS3) y Uzumaki Chronicles, con estilos de juego radicalmente diferentes que pronto veremos en profundidad. Para este Ultimate Ninja 4 se han unido ambos conceptos en uno, como ya vimos en la anterior entrega de la saga. Lo que no quita que uno de los dos siga sobrando.

El prólogo del Master Mode es una colección de los peores clichés de Naruto...

El modo principal es el ''Master Mode'', heredero de la mecánica de los juegos Uzumaki Chronicles. Es decir, un beat’em up bastante sosaina, que en realidad es un mero trámite para conseguir “esferas de memoria” y poder avanzar en el modo realmente interesante, el Hero Mode. Luego lo tratamos con más detalle. Básicamente avanzamos –y también retrocedemos bastantes veces– por escenarios clónicos de un lado para otro, pasando por dos tipos de habitaciones: o de plataformas o de lucha. Las plataformas no están mal, aunque te obliga a dar muchos rodeos para conseguir objetos útiles. Y las batallas… digamos que con un mando que integre la opción Auto-fire (es decir, que pulse repetidamente un botón por nosotros) y pulsando círculo podremos salir ilesos de casi cualquier batalla, a excepción de los jefes finales. También hay partes de exploración en terrenos abiertos, que dejan de ser exploración en cuanto descubres que solo tienes que hablar con las personas destacadas en el mapa. Y eso es a los 5 segundos, aproximadamente.

Por si fuera poco, al principio nos encontramos con una pequeña historia alternativa completamente prescindible que sirve de Prólogo. Un infierno de dos horas hasta que empezamos la historia del Shippuden desde el principio. Y encima con la excusa de “¡Descubre lo que pasa entre ambas temporadas!”. Todos sabemos que es mentira. En realidad lo que hay es un relleno de casi cien episodios. Una vez acabado, podemos seguir el argumento de los primeros arcos argumentales del Shippuden, con las peleas contra miembros de Akatsuki como telón de fondo. Lo que no quita que siga siendo un aburrimiento el estilo de juego. Alguna misión, sobre todo las secundarias, da un poco de variedad al asunto, pero no consigue levantar los ánimos.

El ''Hero Mode'' se trata de un repaso a los acontecimientos de la primera temporada a través de escenas estáticas y animadas, con un par de batallitas de por medio. Como ya hemos dicho, el peaje a pagar son las “esferas de memoria” que encontraremos esparcidas por el ''Master Mode''. Cada una de ellas nos permite acceder a una imagen con unas letras de fondo para contarnos a grandes rasgos –tan grandes que si no has visto el anime te perderás en dos minutos– lo que va pasando. Las escenas y los combates son, por decirlo de alguna manera, gratis.

...mientras que Free Battle sabe recoger lo mejor de sus luchas.

Pero esta vez no tenemos que soportar tediosas batallas, sino que tendremos fases de lucha 2D como en las anteriores entregas de UN. Éstas son de una agilidad desbordante, sin dejar espacio a la reflexión más allá de “¿utilizo el combo X o el Y?”. Las acciones son las básicas del género: ataque, bloqueo, salto, objeto y carga de chakra (energía necesaria para hacer ataques especiales), aunque destacan los Ultimate Jutsus: si golpeamos a un rival después de haber cargado el chakra, el personaje realizará un ataque característico de la serie. Ambos tendrán que pulsar una combinación de botones aleatoria, y dependiendo del número de fallos y aciertos puede aumentar o disminuir en el daño que provoca.