Need for Speed: Undercover
NFS: Most Wanted 1.5.
Con el segundo tipo me refiero a las persecuciones contra la policía, que parecen haber disminuido en dificultad. Una vez más, tocará provocar el caos, machacando a los policías que intenten detenernos. El argumento del juego es la excusa perfecta para aumentar considerablemente el número de estas pruebas, para alegría de sus admiradores y decepción de sus detractores. Los métodos de capturan prácticamente no han variado en los últimos años: coches de patrulla y de la policía secreta, bloqueos, clavos en el asfalto… Las persecuciones son intensas, aunque al final del juego se vuelvan demasiado exigentes, y tendremos que reiniciarlas una y otra vez.
Si bien en los últimos NFS habíamos visto un acercamiento al tunning, en Undercover pasa a un plano casi anecdótico. Sigue existiendo, y tiene bastantes posibilidades, pero ni mucho menos es esencial para el avance del juego como anteriormente. Casi todo el dinero irá a parar a nuevos coches o a la mejora de la parte técnica del coche. De este modo termina de apartarse definitivamente de la estela de los Underground, que en su momento fueron de lo mejorcito en cuanto a opciones (e importancia) de tunear nuestro coche.
Los gráficos son correctos, sin grandes alardes pero con una carencia de Antialiasing tremenda. Las calles están transitadas y con bastantes edificios alrededor, aunque los modelos se repiten bastante. El efecto de desdibujado cuando activamos el óxido nitroso está bastante conseguido para lo que es PS2, aunque en el resto de apartados luce similar al Most Wanted, tirando al Carbono.
La banda sonora está por debajo de otros títulos de la saga, aunque contiene temas de grupos como Airbourne, Justice, Nine Inch Nails, los españoles Ojos de Brujo o From First to Last, una banda que a partir de ahora os deberá sonar porque EA los ha fichado para hacer temas para sus franquicias. Pocas canciones y pocos efectos sonoros.
El principal defecto del juego es que es fácil. Demasiado. Hasta bien entrado un juego (entre el 40 y el 60 % de la Historia) no empieza a ser ni tan siquiera un reto. Antes de ese momento es cierto que perderemos bastantes carreras, pero no nos dará la sensación de un auténtico obstáculo insalvable. A partir de ese punto tendremos carreras que nos obligarán a exprimir al máximo nuestra habilidad como conductores y sacar todo el dinero posible para tener un coche que llegue por los pelos al primer puesto. Así que tenemos un primer tramo que roza el tedio absoluto y uno final demasiado complicado, lo que rompe completamente el ritmo de juego.
Need for Speed Undercover no ofrece nada que no hayamos visto antes en la saga de una forma u otra. Sigue siendo igualmente entretenido y su jugabilidad puramente arcade está muy pulida gracias a la experiencia obtenida durante estos años, pero la absurda curva de dificultad echa todo por tierra. Es un juego bastante completo en cuanto a opciones, y que merece la pena jugar si no le has dedicado demasiadas horas al Most Wanted.