Avance de NieR Replicant ver.1.22474487139
Cuidar de los otros es más difícil que salvar el mundo.
Once años son muchos años para un videojuego, más aún cuando una secuela consigue convertir una saga de nicho con un único juego de culto en un producto mainstream. Por eso no debería extrañarnos que algunos desarrolladores, a la hora de volver a ese pasado, decidan que quieren cambiar cosas, y hacer que sus juegos anteriores se parezcan más al juego que ha atesorado el prestigio. Pero, al respecto del título que nos ocupa, tenemos que ser claros: Nier Replicant ver.1.22474487139 no es Nier Automata 2.
Nier Replicant es la historia de dos hermanos, Yohna y como decidamos llamar al protagonista, intentando sobrevivir en un mundo que parece estar cayendo lentamente en su particular fin del mundo. Eso no significa, bajo ningún concepto, que la ambientación sea oscura y siniestra; más bien al contrario. El mundo de Nier Replicant está vivo, con una fauna muy activa, comunidades muy diferentes entre sí, e incluso los monstruos que lo habitan parecen perfectamente integrados al tener sus zonas de caza específicas, sus momentos del día en que aparecen y cómo lo hacen. Nada que ver con androides intentando salvar a la humanidad, o con salvar a la humanidad a secas; aquí todo es íntimo, cercano y basado en nuestra capacidad de cuidar de los demás e, incluso, dejarnos cuidar de vuelta.
Todo esto implica que el mundo de Nier Replicant necesita más de recaderos que de héroes, que es lo que somos exactamente aquí. Sin entrar en detalles de la historia, podemos señalar que la base del juego, en sus primeras horas, es básicamente hacer recados para la gente de nuestro pueblo y otros pueblos cercanos mientras cuidamos de nuestra hermana pequeña, la cual ha caído presa de una extraña enfermedad incurable. Estos encargos pueden ser tan inanes como transportar un objeto frágil entre pueblos, llevar una carta a una anciana con muy mal genio o conseguir que dos hermanas se junten para cantar una canción, o pueden tener un peso más específico, como conseguir medicinas para que alguien se mejore de su enfermedad. Ahora bien, mientras hacemos esta serie de encargos, la historia principal nos va sumergiendo en su trama, repleta de personajes peculiares, donde el combate va, lentamente, cobrando forma e importancia.
Donde más se nota que el juego ha sufrido cambios con respecto de su versión original de PlayStation 3 y Xbox 360 es ahí, en el combate. En el original era muy contundente, repleto de efectos de sonido e iluminación, pero tendía, a excepción de los bosses, a favorecer el puro aporreo de botones contra cantidades masivas de enemigos. Aquí la cosa ha cambiado, en parte, a causa de Automata. De su secuela coge la agilidad del combate y las esquivas vistosas, pero se queda con la contundencia de los golpes y el diseño de los encuentros, haciendo una combinación perfecta entre el espectáculo y la intensidad que mejora, por mucho, lo hueco del combate de Automata y lo excesivamente lineal del combate del Nier original.
Este cambio en el combate es lo que más hemos notado a lo largo de nuestras horas con la preview, para bien y para mal. Para bien, es cierto que agiliza los combates, los hace menos repetitivos y, si bien los hace más vistosos, nunca llega a destruir la sensación de que estamos jugando con seres humanos, no con cyborgs de combate. Para mal, algunos bosses se resienten, precisamente, del contraste que suponen con respecto del nuevo sistema de combate.
Para la preview hemos podido combatir contra dos de los bosses del juego, siendo dos caras de la misma moneda de estos cambios jugables. Por un lado tenemos el enfrentamiento contra Guepetto, un robot gigante cuyo combate está dividido en dos partes - primero tenemos que utilizar hechizos para disparar contra sus puntos débiles, después utilizar las bombas que aparecen en el escenario y tirárselas al interior de la boca -, que es una continuación de las mecánicas que hemos usado hasta llegar hasta él: hechizos contra los robots, bombas para abrirnos paso por las zonas cerradas. Este enfrentamiento es elegante, porque narrativa y mecánicamente, toda la hora anterior a este enfrentamiento nos va preparando para abordarlo de la forma más eficiente posible, acumulando tensión y conocimiento de la situación para que lo abordemos a la perfección. Por otro lado tenemos el enfrentamiento contra Aerie, un monstruo gigante que nos ataca en una zona especialmente delicada, donde tenemos poco más que hacer que esquivar los golpes, golpearle cuando no está atacando y cargar nuestros hechizos contra él el resto del tiempo. Algo que en el original se hacía menos tedioso por ser la norma contra los enemigos, pero que aquí se puede hacer un poco pesado si no lo abordamos con la mentalidad Automata de hacerlo espectacular solo porque podemos, no porque el juego lo pida.
También, si esto es más más destacable del juego, es porque no hay muchos más cambios de los que hablar. Los gráficos han sido remozados, se han cambiado modelados de personajes y hay pequeños cambios de quality of life, pero al respetarse punto por punto de la dirección de arte original, todos estos cambios apenas sí resultan perceptibles salvo para quienes estamos muy familiarizados con el juego original.
Ahora bien, esto no es algo malo. Yoko Taro, aquí involucrado como director creativo y no como director del juego, ya avisó que esto no era ni un remaster ni un remake, algo que se demuestra como la decisión correcta. Al respetar todo lo que lo hacía singular, depurar algunas partes especialmente insidiosas para el jugador actual que no tienen ninguna función narrativa y respetar todo lo demás, incluida su interfaz de usuario avejentada, pero aún preciosa, el juego se siente exactamente como el original, incluso si no lo es en muchos detalles importantes. Porque en 2021, nos guste o no, ni siquiera el Nier original se siente como nuestro recuerdo del mismo.
De ahí que si decimos que Nier Replicant no es Nier Automata 2 es porque Toylogic han entendido a la perfección el extrañísimo artefacto que tiene entre manos. Nier Replicant es un clásico de culto que bebe mucho de The Legend of Zelda, de los musou y de los simuladores de granjas japoneses como Harvest Moon o Story of Seasons, pero que piensa muchos de sus enfrentamientos como si se tratara de un shoot 'em up 3D. Es un juego contemplativo, lento, donde la acción nunca es lo más importante, y donde las historias acarrean todo el peso de lo que ocurre, incluso de las cosas que podemos hacer y de las que no.
Por eso, lo que hemos podido ver hasta el momento, nos hace ser extremadamente optimistas con Nier Replicant. Porque no es Nier Automata 2; sigue siendo un juego extraño, inteligente, narrativo, muy dulce, sobre los cuidados y cómo lo correcto y lo incorrecto, cuando se trata de proteger a los otros, siempre es imposible de discernir desde fuera. Igual que casi siempre lo es desde dentro. Y por eso, como con el original, ya tenemos preparado el pañuelo para terminar de jugar un juego que ya promete provocarnos algún que otro sofoco.