Nintendo 3DS visita Madrid
Crónica de la presentación e impresiones jugables.
Nintendo, desde el lanzamiento del primer modelo de DS en 2004, ha colocado más de 125 millones de unidades de las diferentes versiones de su portátil. Estas cifras de fábula se pueden explicar por muchos y muy variados factores: diversificación de público, facilidad para el pirateo, un catálogo crecientemente interesante, aplicaciones no jugables… Nintendo DS supuso un salto de gigante para una compañía ya de por sí suficientemente gigante, hasta el punto de que todos hemos llegado a asumir como una verdad incontrovertible aquel chascarrillo de "it prints money". Bueno, pues si la DS imprime dinero —esos papeles de valor fluctuante—, os podemos decir desde ya que la nueva 3DS directamente va a hacer aparecer relucientes, imperecederos lingotes de oro.
El problema principal de la 3DS, que pudimos probar por cortesía de la gran N esta misma semana en la planta 29 del lujoso hotel Eurostars de Madrid, es algo que Nintendo tiene ya en cuenta y utiliza como eslogan de presentación: tienes que verlo para creerlo. La increíble sensación de profundidad, de distancia hacia el interior de la pantalla, es realmente magnífica, pero uno no puede hacerse una idea hasta que no lo ve con sus propios ojos.
Por eso, cuando la compañía muestra por primera vez su nueva consola, lo hace con una demo técnica. Una amable señorita pone en tus manos la 3DS y te dice: "pulse el botón", y la demo comienza. La capacidad gráfica de la consola es notable, mostrando modelados y texturas que, si finalmente es capaz de manejar y procesar en tiempo real, prometen lucir de auténtico escándalo. Pero entonces la amable señorita te dice "ahora deslice el control de las 3D", y entonces es cuando comienza lo bueno y la reacción generalizada en la sala es de puro asombro, sin concesiones.
En la demostración pudimos no sólo ver las demos técnicas, sino que además pudimos probar la cámara 3D, que consigue un efecto realmente notable incluso a distancias de foco relativamente amplias. También nos mostraron vídeos parcialmente interactivos de juegos como Kid Icarus: Uprising y el realmente impresionante Metal Gear Solid 3DS. Pero no sólo eso: también pudimos jugar y comprobar la ergonomía de la 3DS. Jugamos un rato al nuevo Nintendogs+Cats, que es básicamente el Nintendogs de siempre pero con una presencia gráfica mucho más llamativa y con la implementación del reconocimiento facial gracias a la cámara interna: ahora podremos acercar la cara a la pantalla superior y nuestro cachorro nos lamerá los mofletes. El stylus que nos dieron para jugarlo era como el de la DSi XL, pero no se nos dijo si será el que venga incluído con la consola.
Mucho más reveladora de la comodidad de la 3DS fue la sesión de juego con Pilotwings Resort: la disposición de los botones es inmejorable, como en la DS de siempre, pero la mejora que ha supuesto la inclusión del Slide Pad es digna de mención. Rápido en la respuesta, fiable, cómodo y agradable al tacto. En la demo de Pilotwings Resort pudimos jugar con un jetpack y con un avión y en ambos casos el suave comportamiento del Slide Pad fue inmejorable. Su posición ligeramente elevada no incomoda, sino que mejora el agarre del aparato. El juego, por cierto, es una delicia vendeconsolas para aquellos que aún vivimos enamorados del primer Pilotwings de SuperNES.
Pero basta de nostalgia retro y miremos hacia delante: se nos comentó que las funcionalidades de la consola no se agotan en el juego, y que Nintendo pretende que pueda funcionar como soporte multimedia. La pantalla no es gigantesca, pero sí lo suficientemente grande como para que ver una película (también en 3D, por supuesto) no tenga porqué ser molesto o cansar la vista. Además, se nos anunció que Nintendo tiene que desvelar aún cuál será la conexión de la 3DS con el exterior, y que será una sorpresa gracias a la cual la consola se mantendrá actualizada y podrá recibir complementos de juego, demos y demás incluso estando en reposo.
También pudimos probar brevemente algunos de los nuevos juegos de Wii y de DS. Allí estaban, en sus respectivas Wiis, The Legend of Zelda: Skyward Sword, Metroid: Other M, o Kirby’s Yarn, pero también en DS Final Fantasy: the Four Heroes of Light o Super Scribblenauts. Todos estos títulos subrayan la intención de Nintendo de no desatender a su público más tradicional e interesado en jugar, pero al mismo tiempo —y de manera inteligente— dejan ver que para la gran N no existe un sector del mercado al que potencialmente no aspire. La 3DS es un buen ejemplo: preparaos para una auténtica avalancha y empezad a ahorrar, porque cuando probéis una os aseguramos que la querréis.