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Nintendo DSi

Una defensa.

"Es un timo". "Vete a la mi**da, Nintendo". "Peor mejora de la historia". "Jo**os, timadores". "Que te den, Nintendo". No son mis palabras, por supuesto, sino las de algunos de nuestros lectores (de la versión inglesa de la página) tras descubrir que tendrían que pagar 149 libras (unos 169 EUR) para hacerse con la consola, que introduce unas pantallas ligeramente más grandes, memoria flash de serie y una tienda online, un par de cámaras de 0,3 megapíxeles y una ranura SD que sustituye el espacio para juegos de GBA. Y todo en una consola más delgada.

No sólo no son mis palabras, tampoco son mis sentimientos.

En Eurogamer hemos dado mucho la paliza con una teoría del creador de la Game Boy, Yokoi Gunpei, la teoría del "pensamiento lateral de la tecnología madura". Merece la pena que nos repitamos. No sólo porque envuelve todo lo que Nintendo hace sino porque es mucho más relevante aplicada a la DSi que a la DS, a la Lite y a la Wii.

Las cámaras de 0,3MP de la DSi no son competencia para las de un teléfono móvil medio, y las limitadas funciones de reproducción de música tampoco asustarán a Apple y a su iPod; pero por ahora son un poco más que cuestiones de diseño. Como la idea original de tener dos pantallas, el stylus además de un d-pad convencional y botones frontales o el micrófono integrado: están ahí para tentar a los desarrolladores para que vayan en nuevas direcciones. Si se le presiona, Nintendo explicará que sólo incluye nuevas funcionalidades en sus consolas cuando esas sirven a los creadores y cuando son suficientemente baratas para producirse en masa y dar beneficio. Eso es lo que decía Yokoi, a pesar de que una de las virtudes de liderar el mercado es que Nintendo raramente necesite decirlo de forma tan directa.

La DSi se lanzará en Europa en dos colores: blanco y negro.

Lo que os tendría que quedar claro es que la cámara y sus nuevos amigos no están diseñados para venderte el sistema de forma inmediata; están diseñados para atraer a los diseñadores y para entretener brevemente a la gente que se la compra inmediatamente.

Es la misma historia con la ranura para tarjeta SD y la DSi Shop, que no está disponible para la prensa europa en el momento en que escribo esto, pero que ha salido de la nada y ofrece unos 20 juegos -incluyendo un nuevo WarioWare, el solitario, Mr. Driller y Panel de Pon- y media docena de aplicaciones básicas en Japón en los cinco meses desde que el sistema se sacó a la venta. En la superficie no hay nada que pueda tentar al dinero de vuestra cartera el próximo mes. Pero a largo plazo será una razón tentadora el considerar actualizar la consola, incluso para aquellos piratas que se lamentarán de sus obsoletos R4s. Una obsolescencia que Nintendo espera mantener con actualizaciones de firmwares necesarias para acceder a la conexión Wi-Fi y a la DSi Shop.

Si no puedes ver cómo se crea un patrón, éste cristaliza en la carcasa más delgada de la DSi, donde la velocidad de la CPU se dobla de 67MHz a 133Mhz, 16MB RAM (cuatro veces la de la DS o DS Lite), 256MB de memoria flash interna por primera vez y una conexión Wi-Fi mejorada (soporta WPA y WPA2, que es lo más notable). Ahora mismo tus juegos actuales no ganarán nada. Pero espera y verás juegos que se beneficiarán de ello, si hacemos caso a eso que dice Nintendo de que habrá lanzamientos sólo para DSi. Las mejoras técnicas no son suficientes para preocupar a las alternativas más grandes y más rápidas de PSP, pero es una propuesta más atractiva si tenemos en cuenta el contexto de belleza y creatividad exhibida en algunos de los mejores juegos del catálogo de la DS.

También es una forma de explicar el precio -además de las fluctuaciones de la moneda y, más importante, la presencia de la DS Lite en el mercado-. Nintendo no abandona la DS Lite, que cuesta 149 euros; está contenta de continuar vendiéndola, pero quiere lanzar la DSi ahora para crear una base de compradores primerizos, animar a los desarrolladores a considerarla como alternativa y seguramente potenciar la DSi Shop. Y empezar a ganar algo en la guerra contra la piratería.