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No me gusta la monetización de Pokémon TCG Pocket, pero la sencillez de su combate es brillante

Abresobres.

A principios de este año se anunció Pokémon TCG Pocket, un juego de móviles basado en el juego de cartas coleccionable de Pokémon que echó a andar al mismo tiempo que sucedió el punto álgido de los videojuegos y el anime de la franquicia a finales de los años noventa. El foco de este juego, al menos en los primeros anuncios, no parecía ser el aspecto jugable propiamente dicho de éste - las barajas, la estrategia - sino en el aspecto de coleccionismo. En abrir sobres, conseguir cartas chulas y raras y fardar de ellas. A pesar de que no hay nada de malo en el coleccionismo (de cartas o de cualquier otra cosa), el sistema, aparejado al formato free to play del juego, no daba la sensación de ser mucho más que una propuesta que se centraba en el aspecto de azar, de adicción, de aleatoriedad de lo que es el juego base.

Ahora, el juego se ha lanzado, y hemos podido experimentar, por fin, su propuesta de manera extendida. Y la sorpresa ha sido mayúscula. No se pueden negar los aspectos de monetización del juego, que echarán para atrás, con razón, a un buen puñado de usuarios; pero el título también tiene mucho que aportar como juego de cartas para móviles, en sí, y ha generado una serie de cambios en los sistemas de juego base que lo convierten en una puerta de entrada perfecta para el juego de cartas. Especialmente para aquellos que, por falta de experiencia con el género o por sentirse abrumados por la cantidad de cartas, expansiones y mecánicas que posee el juego físico en la actualidad, nunca se hayan atrevido a echarle un vistazo.

En Pokémon TCG Pocket abrimos dos sobres gratuitos al día, cada uno de ellos conteniendo cinco cartas. Cuatro de ellas tendrán rarezas bajas o intermedias y la última carta del sobre, como ya sucede en el formato físico, estará reservado para una carta rara. El título se ha lanzado con sólo una expansión, bajo el título Genes Formidables, que se compone de un total de 226 cartas diferentes. Casi todas ellas están centradas en Pokémon de la región de Kanto, con algunas excepciones, y en elementos icónicos del juego en el que este título se basa, pero adaptados a este nuevo formato. Cada doce horas, recibiremos la posibilidad de abrir un sobre, de entre los tres disponibles: Mewtwo, Pikachu y Charizard, cada uno de ellos conteniendo distintas cartas en distintas probabilidades.

Como suele suceder con los títulos free-to-play, el juego es relativamente generoso al principio con sus monedas in-game. Que son, francamente, muchas. Hay relojes de arena normales, que sirven para acelerar el tiempo y abrir más sobres sin necesidad de esperar, y que conseguiremos completando misiones. Hay relojes de arena de oro, que usaremos en la mecánica de Elección mágica, que nos permite ver un sobre que ha abierto un usuario y escoger una carta al azar de las que le han salido para añadirla a nuestra colección. Es una mecánica que los jugadores explotarán mucho, ya que nos permite jugar al azar, sí, pero apostarla a una posibilidad entre cinco en vez de a una de cientos de obtener la carta que queremos. Los sobres en cuestión solo están activos durante veinticuatro horas, y si queremos recuperar un sobre que un usuario ha abierto hace más tiempo, tendremos que usar cronómetros, otra moneda distinta; la tienda in-game de objetos gratuitos, de cosméticos y de pago también usan monedas diferentes. Hay un pase premium que nos permite acceder a más misiones diarias y más cosméticos. La idea está bastante clara: o eres un usuario paciente, y esperas religiosamente las doce horas necesarias para que los medidores recarguen, o acabarás pagando dinero real para conseguir más cartas.

Una idea peligrosa con la que jugar, la verdad. Por suerte, y al menos de momento - ya se sabe que nunca se puede decir, con certeza, cómo evolucionarán este tipo de juegos - las monedas iniciales que se nos ofrecen son más que suficientes para hacernos algunas barajas decentes y poder combatir con otros jugadores. Que es donde sucede la magia.

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Pokémon TCG Pocket presenta un sistema de cartas similar al original, pero reducido; una especie de versión “lite” que funciona mejor en móviles, porque las partidas son más cortas, pero que también es más fácil de entender y explotar por los usuarios que no tengan experiencia previa. Mazos de veinte cartas en vez de sesenta; no hay cartas de energía, que necesitamos para usar los ataques de nuestros Pokémon. En lugar de eso, obtendremos una energía cada turno en los tipos de nuestro mazo, reduciendo la posibilidad de no poder usar ningún ataque si tenemos mala suerte robando. En lugar de necesitar seis puntos para ganar cada partida, necesitaremos tres. Y se ha eliminado la condición de que, si nos quedamos sin cartas que robar porque ya hemos robado o descartado todo nuestro mazo, perderemos la partida. Algunas de las cartas del juego base se han adaptado a este formato más pequeñito: la carta de Profesor Oak, por ejemplo, ahora nos hace robar dos cartas en vez de siete.

Barajas más pequeñitas, menos Pokémon, objetos y partidarios disponibles para añadir a ellas y menos vidas que superar - o conservar - una vez nos ponemos a los mandos hace que los usuarios puedan trastear de manera mucho más libre con sus mazos. Además, una serie de misiones preestablecidas que jugaremos contra la IA, en cuatro niveles de dificultad distintos, serán tutoriales bastante eficientes para que en seguida nos sintamos cómodos con las distintas estrategias. Lo peculiar es que, al menos en estos primeros compases del juego, diría que, de hecho, ser un usuario gratuito le añade un poco de gracia al conjunto. Rescatando la sensación de, ojo, el Pokémon TCG de Game Boy, ni más ni menos, iremos creando nuestro propio progreso personalizando poco a poco nuestras barajas con las cartas que nos vayan saliendo. El azar puede ponernos en el camino de una baraja que no nos habría llamado la atención en otras circunstancias, pero de la que desbloqueamos una pieza muy clave. Hay valor, y de hecho, es más que viable hacer barajas con nuestros Pokémon favoritos, sin querer adherirnos a lo que otros jugadores estén jugando. Este enfoque y simplificación del aspecto de construcción de mazos me ha resultado extraordinariamente divertido y refrescante. Como el juego es tan aleatorio, e incluso los usuarios de pago tienen que enfrentarse a las dinámicas de azar a la hora de obtener las cartas que quieren, la mayoría de usuarios que te encuentras jugando online no llevan mazos exactamente óptimos: llevan sus propias versiones de estos. Hay cartas potentes que se repiten, claro, pero también mucha más variedad que en otros juegos de cartas con un enfoque más competitivo.

Con todo esto, me alegro de haber juzgado mal las intenciones y el calibre de Pokémon TCG Pocket. El juego, ya disponible en iOS y Android, se posiciona como una puerta de entrada muy viable al juego de cartas en el que se basa, y como una experiencia más casual y ligera para quienes no sean expertos en el género. Habrá que echarle un ojo a cómo evoluciona el soporte para el juego, y por supuesto, tener cuidado con la monetización y su uso del azar - especialmente para los más pequeños - pero también hay en su propuesta mucho que reivindicar.

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