Nos vamos a Amsterdam a jugar varias horas a Darksiders 2
Y os contamos qué tal nuestro rato a solas con Muerte.
Como recordaréis, y si no para eso estoy yo, en la primera entrega de la saga controlábamos a Guerra, un jinete del Apocalipsis que despertaba en medio del caos en la Tierra. Guerra era un personaje fuerte y brutal capaz de destrozar lo que se pusiera en su camino con tal de cumplir su objetivo. El juego resultó ser toda una sorpresa y gustó mucho gracias su mezcla de aventura, combates y plataformas.
En esta ocasión controlamos a Muerte, otro de los jinetes, mientras intenta limpiar el nombre de Guerra en el inframundo paralelamente al transcurso de la primera entrega.
En la demo que pudimos jugar en Amsterdam había una buena zona que explorar, y nos acompañaba un personaje secundario que nos lanzaba a zonas inaccesibles por nosotros mismos. Ahí debíamos encontrar tres piedras mágicas para hacer funcionar un enorme gigante de piedra. Los cambios con respecto a la primera entrega no tardaron en salir al a luz. El escenario era enorme y fácilmente te podías perder buscando tesoros ocultos e ítems. Además del tamaño del escenario cabe destacar el nuevo acabado artístico, ahora mucho más colorido y libre de las limitaciones que imponía luchar en la Tierra, como ocurría en el primer juego. Pasamos por zonas con mucha vegetación, zonas acuáticas e incluso zonas con fondos de lava donde un mínimo fallo en la coordinación de los saltos supondría una muerte instantánea.
Las plataformas están muy bien llevadas; lejos de convertirse en mecánicas sencillas y rápidas, suponen un reto para el jugador que deberá pensárselo dos veces antes de lanzarse al vacío. Además de obligarnos a pensar cual será nuestra ruta entre salto y salto deberemos medir muy bien el timing a la hora de saltar de un saliente a otro. Será muy importante ser precisos a la hora de usar el "Death Grip", una de las habilidades del Muerte con la que podrá agarrarse a bordes en principio inalcanzables.
Los combates, por su parte, siguen siendo uno de los aspectos fundamentales del juego. Si Guerra representaba la fuerza bruta, Muerte representa la velocidad y la agilidad. Este no bloquea ataques sino que es capaz de esquivarlos gracias a su velocidad. Las armas principales son unas guadañas con las que puede atacar velozmente a sus enemigos pero además es capaz de equipar otro arma secundaria con la que hacer espectaculares combos. Normalmente el arma secundaria es más pesada y potente que las guadañas; encontramos desde hachas gigantes hasta martillos de desproporcionadas dimensiones con los que machacar a los enemigos.
Darksiders 2 es capaz de combinar un montón de mecánicas de juego básicas y ajustarlas hasta hacer que encajen de manera formidable en su propio universo.
Una de las sorpresas más gratas que me ha brindado el juego ha sido la potenciación de sus aspectos más roleros. Para empezar, visualizamos en todo momento el daño que causamos los enemigos, sirviendo de vara de medir para las numerosas armas que encontramos. El número de armas que -y solo en una demo- encontramos es abrumador; cada vez que acabamos con un enemigo este deja caer dinero con el que mejorar a nuestro personaje o distintos ítems o armas... pero lo mejor de todo es la forma en la que podremos recoger y equipar todos estos objetos. De manera inteligente han acabado con la obligación de pasar por el menú para comparar armaduras y equiparlas. Ahora solo con pasar por encima de los objetos vemos en qué son mejores o peores en relación a los que llevamos equipados y además podremos equiparlos directamente o guardarlos según prefiramos, por lo que se agiliza exponencialmente todo el proceso de equipamiento del personaje.
Tras un buen rato acabando con engendros, buscando caminos secundarios y recorriendo multitud de zonas llenas de saltos y demás llega el combate con el jefe final; un gigante de piedra que no nos pondrá las cosas nada fáciles. He aquí el único problema que he encontrado en la demo, la cámara. Sin ser mala, no nos facilita el trabajo en determinadas ocasiones. Ciertamente en el ochenta por ciento de lo jugado ha trabajado bien pero en la lucha contra el jefe final es la culpable de que sufriera la ira del gigante de piedra - y en repetidas ocasiones-. El enemigo es enorme y para verlo completo hay que mirar muy arriba, y el problema es que ese escenario donde luchamos no es tan amplio como debería, por lo que se hace complicado mirar al enemigo para calcular sus movimientos. Pese a todo es solo un detalle que de seguro no empañará el acabado del juego y que muy probablemente acabarán por arreglar.
Darksiders 2 es capaz de combinar un montón de mecánicas de juego básicas y ajustarlas hasta hacer que encajen de manera formidable en su propio universo. Nos recuerda a Zelda, a God of War, a Soul Reaver y a tantos otros pero sin que esto suponga un punto negativo, todo lo contrario, bebe de esas fuentes y a su vez las respeta, lo que conlleva una mezcla genial. A falta de tener el juego completo Darksiders 2 va camino de convertirse en uno de los imprescindibles de este año, solo falta por saber qué tiene él que no tengan los demás.
Me vuelvo a Barcelona con muy buen sabor de boca; he pasado un par de días en mi ciudad favorita, he conocido a buena gente y he tenido la suerte de jugar a un juegazo y poder contároslo: qué más se puede pedir.