Reseña de One and One Story
Un alma, dos cuerpos.
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Decía Aristóteles sobre la amistad, entre otras cosas, que es un alma que habita en dos cuerpos. Unos cuantos siglos más tarde y gracias a las webs recopilatorias de citas célebres, el autor de One and One Story ha querido encabezar su particular historia de amor con dicha sentencia.
El amor, motivo central de innumerables ficciones y motor principal de no pocas realidades, incluso en estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir. No podía ser menos este pequeño gran mundo de ficciones interactivas que es el del videojuego, y muchos han sido los títulos, a lo largo de su corta historia, que se han atrevido a tratar tan universal temática como núcleo central de sus historias. Normalmente y en la gran mayoría de casos se ha configurado como una simple y llana excusa vacía de contenido, el mero pretexto que empuja al hombrecillo a atravesar un castillo tras otro, un mundo tras otro, incansable, sin cuestionarse nada. No importa el precio a pagar, ni cuantas muertes patéticas coseche en el transcurso de la aventura, tan sólo importa el amor incondicional de la princesa. Una visión pura e infantil, probablemente igual de válida que cualquier otra. No quiero decir, no obstante, que no se hayan planteado reflexiones más o menos profundas sobre tan espinoso tema, pero no es lo habitual en un sector donde la narrativa no acostumbra a ser sustancial, y cuando lo intenta, suele retratar otras realidades más atractivas para el público objetivo, y sobre todo, suele hacerlo con unos recursos narrativos bastante poco refinados.
Sorprende, por tanto, que un insignificante juego en flash gratuito me haya estimulado lo suficiente para trazar unas cuantas líneas reflexionando al respecto, pero lo cierto es que One and One Story ha sabido tocar un par de teclas importantes con bastante tino. Y no sé si esto ha sido casual o intencionado, de hecho es bastante probable que haya pesado más mi subjetividad que la propia intencionalidad del diseño, pero en cualquier caso algo ha ocurrido entre él y yo.
Lo interesante de la propuesta de One and One Story es que la mecánica va variando de forma progresiva, supeditada en todo momento a la narrativa. El juego es algo así como una representación gráfica de los distintos aspectos que interfieren y configuran ese sentimiento tan abstracto al que llamamos amor a lo largo de una relación, y a eso, precisamente, es a lo que jugaremos. Intentaré explicarme mejor. En One and One Story controlamos a una pareja de enamorados, y el objetivo primario es que ambos personajes se encuentren en cada una de las fases que conforman la aventura. Sin embargo, ocurre que la manera de hacerlo irá cambiando según la fase de la relación que se esté recreando en cada momento.
Al inicio y como en cualquier relación, las cosas son sencillas, el cielo es azul y todo parece funcionar; Él tan sólo debe encaminarse al lugar donde Ella le espera, como cada tarde. Pero el amor es cosa de dos, así que pronto pasaremos a tomar control también sobre Ella, alternando entre uno y otro, superando las dificultades que se interponen en el camino de manera conjunta. Pronto el sentimiento se vuelve más fuerte, los lazos se estrechan. Pronto El y Ella parecen funcionar tan bien juntos, que forman una sola entidad. Si El salta, Ella también. Pero si Él cae, Ella también caerá. Ahora hay que ir con mucho cuidado, porque ya no sólo dependes de ti mismo, ahora cualquier error tuyo podrá herir con la misma intensidad a tu pareja. Todo se complica.
Pasa el tiempo, el azul deja paso al gris y el cielo se tiñe de invierno. Surgen los primeros conflictos y empiezan a ponerse de relieve discrepancias entre ambos. Parece que ciertos puntos de vista son ya irreconciliables. Si El va hacia la izquierda, Ella caminará indefectiblemente hacia la derecha. Esta contradicción pondrá las cosas mucho más difíciles si cabe, pues desde la distancia tendremos que seguir velando por la seguridad y el bienestar de nuestra pareja, intentando que el distanciamiento no sea lo suficientemente grande o lo suficientemente arriesgado como para ponerla en peligro. Pronto aparecerán nuevas etapas, nuevas formas de afrontar la historia, nuevos caminos que recorrer y nuevas maneras de recorrerlos, pero por supuesto no es mi intención desvelároslos.
Estos distintos aspectos del amor, estas fases de una relación funcionan aquí como narrativa y mecánica al mismo tiempo, y lo hacen de una manera tan sencilla que pareciera haberse usado así desde siempre. Mil veces se ha hablado de amor en los videojuegos, y mil veces se han planteado unas mecánicas similares, pero desde luego no recuerdo otro ejemplo donde ambos elementos hayan encajado tan bien y con tanta naturalidad.