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Ouya, una consola diferente

De kickstarter a tu salón.

Estamos muy acostumbrados a leer noticias acerca de algún proyecto de kickstarter que recupera alguna franquicia viejuna o nos presenta el nuevo juego de algún desarrollador consolidado. Este no es el caso que nos ocupa hoy; esta vez hablamos de un proyecto de hardware que, si bien no es el primer proyecto de ese estilo que se financia con crowdfunding, sí es bastante interesante debido a que se trata de una nueva consola. Su nombre es Ouya, y le han salido muchos novios.

¿Qué es eso de Ouya?

Pues Ouya (que se pronuncia algo así como "uuu ya" ó quizás"Oh yeah!") es una consola "libre" y de plataforma abierta que intenta trasladar la experiencia indie o de desarrollos pequeños a una consola de sobremesa. Si bien este concepto no es nuevo, pues podemos encontrar esto en XboxLive o en las Minis de PS3, sí es la primera vez que una consola de sobremesa se centra exclusivamente en este modelo.

Es Libre y abierta pero, ¿qué quiere decir?

Por un lado todo el mundo que adquiera el producto podrá ejecutar y programar sin límites para la consola, de hecho la plataforma sobre la que, de momento, se sustenta es Android 4.0 "Ice Cream Sandwich". Eso sí, todos los desarrolladores están obligados a ofrecer al menos una parte del juego de manera gratuita, bien sea a base de demos jugables o modelos similares al free-to-play. Es más, el concepto de libertad llega todavía más lejos puesto que se permite incluso la modificación del hardware con tan sólo la ayuda de un destornillador y los conocimientos de electrónica adecuados para no convertir Ouya en un bonito pisapapeles.

¿De dónde sale Ouya? Con ese nombre parece china o coreana.

Nada más lejos de la realidad pues esta consola tiene su origen en Estados Unidos y entre sus creadores están gente que trabajó en la creación del Kindle de Amazon o en la Xbox Original.

Pero, ¿qué tiene en sus tripas?

No es lo último en hardware, pues con sus cuatro núcleos ARM y un GB de RAM se asemeja más a un móvil, eso sí, de última generación. A esto se añade conexión Wi-Fi, ethernet, Bluetooth, puerto USB, HDMI de salida hasta 1080p y almacenamiento interno de 8 GB ampliable con tarjetas SD. Y todo esto en un tamaño muy similar, como dicen los fabricantes, a un cubo de Rubik. También, como consola de sobremesa que es, tenemos unos controles en forma de pad tradicional con un diseño que nos resultará muy familiar.

La más querida por los desarrolladores.

Si bien hemos comentado que la consola es abierta, muchos desarrolladores que se mueven por el circuito tradicional de consolas están interesándose mucho por esta. ¿Por qué? No es la potencia, sino el coste de desarrollo lo que llama la atención. Sus herramientas de desarrollo son conocidas por lo que reduce el tiempo de desarrollo, y ya sabemos que tiempo es igual a dinero. Por otro lado, no existen licencias de publicación, es decir, para publicar un juego en esa consola no hay que pagar: simplemente pongo el software directamente a disposición del consumidor y ya está. De hecho, cualquier Ouya adquirida puede ser usada para desarrollar. Además, al ser una plataforma de distribución digital, los costes de distribución, si los hubiera, no son nada comparados con la distribución física.

Entre los apoyos a esta consola se encuentran el anuncio de Final Fantasy III por parte de Square Enix y el de la disponibilidad del servicio de juegos por streaming OnLive, lo que asegura la disponibilidad de un buen puñado de juegos.

Y cómo puedo conseguirla.

Pues si no has sido de los que apoyaron al proyecto desde el principio, sólo te queda la vía de comprarla a través de la página construida para ello. Los precios rondan los 119 dólares si sólo queremos un mando hasta los 209 dólares si decantamos por la opción 4 mandos.

¿Esto tiene futuro?

Bueno, teniendo en cuenta que la cantidad de 950.000 dólares que pedían para el proyecto la consiguieron en un día y que la cifra final ha sido de 8.596.475 dólares, yo diría que éxito han tenido. No creo que se coma el mercado y acabe, ni mucho menos, con acabaro conel resto de consolas que, en mi opinión, juegan a otra cosa diferente pero creo que nos tenemos que hacer a la idea que este producto va a tener recorrido en el sentido que va a animar a pequeños desarrolladores indie, o incluso "aficionados", a hacer cositas para Ouya; ya sean juegos o incluso interesantes módulos hardware (¿un kinect para Ouya?), lo que puede hacer que nos llevemos alguna sorpresa agradable.

Voy más lejos. ¿Y si este modelo tiene éxito y a los padres de Ouya se les ocurre invertir en una consola para la próxima generación con este mismo modelo? Eso sí que sería rompedor.

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