Pac-Man Championship Edition DX
C10 H15 N.
En 1887 un químico alemán, L. Edelano, sintetizaba por primera vez la droga que hoy en día conocemos con anfetamina. Tres décadas más tarde, en Japón, se creaba una variante de ella todavía más potente y adictiva, la metanfetamina.
En 1980 un diseñador japonés, Toru Iwatani, creaba uno de los grandes referentes del videojuego, Pac-Man. Ironía del destino o simple casualidad, también treinta años más tarde Namco revitaliza el mítico icono lúdico ideado por Iwatani, adaptando su fórmula a los tiempos modernos.
Pac-Man Championship Edition DX es la enésima revisión de Pac-Man, aunque probablemente es también la más brillante. La base, en el fondo, sigue siendo la misma: comer todas las pastillitas presentes en un laberinto mientras huimos de un grupo de fantasmas o los devoramos tras la ingesta de un power up. Sin embargo, los sutiles cambios introducidos en DX junto a un sublime diseño de niveles hacen que el déjà vu se convierta en una experiencia fresca y peligrosamente adictiva.
La principal novedad en la fórmula es la presencia de enemigos dormidos en diferentes puntos de laberinto. Si Pac-Man pasa a su lado, se despiertan y empiezan a perseguirle, lo cual en un corto periodo de tiempo puede provocar que llevemos detrás una kilométrica conga de fantasmas. Come entonces un power up y la situación se invierte, pasando de perseguido a perseguidor mientras la puntuación crece de forma exponencial al devorar montones de enemigos. Dosificar los power ups es básico si quieres que cuando el tiempo llegue a cero el contador de puntos sea lo más alto posible. Y, créeme, lo querrás.
Para conseguirlo el jugador cuenta con la ayuda de dos nuevas habilidades. La primera es una bomba que se detona pulsando un gatillo y que devuelve a todos los fantasmas a la jaula central. La segunda es una cámara lenta que se activa cuando estamos a punto de ser atrapados por un enemigo, permitiendo escapar por los pelos de una muerte segura. Al principio puede parecer que estos añadidos hacen del juego algo muy fácil, pero no se tarda demasiado en descubrir que su uso en el momento adecuado no solo no rompe el ritmo de juego, sino que añade un agradable toque de estrategia y es esencial a medida que la velocidad va creciendo (a partir de 40 es exagerada).
Junto a las nuevas técnicas jugables, DX también introduce nuevos modos de juego. Los habituales score attack de 5 y 10 minutos vienen en esta ocasión acompañados de pequeñas pruebas cortas en las que se nos reta a comer un determinado número de frutas en el menor tiempo posible (menos de un minuto, en su mayoría). Los tiempos de estos niveles se van sumando para formar la puntuación global, y no tardaréis demasiado en engancharos irremediablemente a una carrera por reducir segundos, mejorar puntuaciones y escalar posiciones en las tablas de clasificaciones online de los nueve laberintos disponibles.
Porque eso es lo que hace de Pac-Man Championship Edition DX algo tan grande: no te anima a superar niveles sin más, sino a hacerlo con estilo y obteniendo la mayor cantidad de puntos posible. Empieza lento, pero se acelera hasta extremos vertiginosos a medida que pasa el tiempo. Te presenta al momento unas bases muy simples, pero deja totalmente en tus manos descubrir las rutas y los trucos óptimos para sacar el máximo provecho a los preciosos y limitados segundos de los que consta la partida. Es una adictiva filosofía similar a la que vimos recientemente en Vanquish, solo que aquí adopta una forma todavía más pura.
Y seguramente no lo notes mientras estás enfrascado en correr por el laberinto mientras te persiguen docenas de fantasmas, pero DX es también un juego audiovisualmente muy atractivo. Al comenzar la partida puedes escoger entre diferentes estilos gráficos para los escenarios y los personajes, variando entre el neón epiléptico, el píxel más retro o la semi-tridimensionalidad heredera de Pac-Mania, todo ello acompañado del mítico sonido waka waka (no confundir con el himno del mundial de Shakira, por favor) y una divertida y pegadiza banda sonora techno cuya mayor virtud es no resultar machacona y pesada a los pocos minutos.
Es inevitable pensar que las plataformas de descarga digital se inventaron precisamente para juegos como este. En formato físico y en plena era de las 3D ultrarrealistas, un ejercicio de nostalgia así hubiera sido poco menos que un suicidio comercial. Pero con un precio que no llega a los diez euros Pac-Man Championship Edition DX es una frenética, adictiva y desafiante oda a la jugabilidad clásica con un diseño y una mecánica perfecta. Todavía falta un mes para que termine 2010, pero haría falta poco menos que un milagro para que cuando hagamos balance el 31 de diciembre el juego de Namco no sea considerado como el mejor del año para el Xbox Live Arcade y la PlayStation Network.