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Paradise Killer es el sucesor de Ace Attorney y Danganronpa que nos merecemos

La isla de las tentaciones.

Tiendo a decir que soy una persona aburridísima porque mis perspectivas de futuro han sido siempre las mismas: nunca he sido capaz de concebirme haciendo otra cosa que no sea juntando letras. Si nos ponemos pejigueros, creo que eso no es del todo cierto: hubo un pequeño lapso de tiempo, durante la infancia, en el que me planteé seriamente la posibilidad de ser abogada.

Fue por culpa de un joven con el pelo pincho y un traje azul que siempre creía en la inocencia de sus clientes y les defendía con tesón. No voy a explicaros lo que es Phoenix Wright, ni la saga Ace Attorney, porque forman ya parte del inconsciente colectivo; sí me gustaría contaros que pronto me di cuenta de que este no podía ser mi destino, porque lo que me gustaba de Ace Attorney no era el ser abogado, sino la perspectiva que tienen los videojuegos de lo que es ser abogado. Ser detective. Ser investigador. Desentrañar misterios, crímenes y corazones al mismo tiempo. Defender al débil, inculpar al malvado.

La protagonista de Paradise Killer, Lady Love Dies, no es tan pura de alma ni de intenciones como nuestro Phoenix, pero eso hace que, de alguna manera, el juego pueda encajar en nosotros a día de hoy. Con el género de la aventura gráfica detectivesca en un lugar detectivamente estanco, si algo podía devolver la magia de la investigación a nuestras consolas era un título que nos plantea una estética extraña, un transfondo todavía más fantasioso, y unos personajes cuanto menos peculiares, pero que conserva en el fondo esa chispa, esa intriga, la idea de la búsqueda de la verdad por encima de todo lo demás.

Paradise Killer nos plantea un mundo en el que hay una serie de personas poderosas que, bajo el auspicio de unos dioses, se han planteado un propósito nada desdeñable: construir un paraíso perfecto. Pero surge un problema: todas las islas, una tras una, han ido cayendo víctimas de la desolación, del caos, del asesinato y demás desventuras por culpa de la influencia de los demonios. Y justo al borde del final, cuando parecían estar a punto de conseguir su cometido, un asesino misterioso ha acabado con la vida de prácticamente todas las personas responsables del proyecto. Y nuestra detective, Lady Love Dies, será la única capaz de resolver el entuerto.

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Durante una decena de horas, navegaremos un universo peculiar, con una arquitectura extravagante, unos personajes todavía más extraños, y un único propósito en mente: descubrir la verdad. A un móvil razonablemente común, Paradise Killer le añade una personalidad inusitada: una banda sonora inspirada por el vaporwave y el city pop, colores rosas y neones constantes, e inspiración en mitologías demoníacas varias para terminar de salpimentar un juego que sabe de dónde viene, pero no pierde de vista a dónde va.

En justicia, quiero deciros que el juego es una especie de Ace Attorney raro y fantasioso, pero esa no sería toda la verdad: también debe un tanto a Danganronpa, la saga publicada por Spike Chunsoft que concluyó el pasado año 2017 con Danganronpa V3. De la saga de Kazutaka Kodaka tomará Paradise Killer muchos rasgos estéticos, cierto humor y mala leche en la escritura, y sobre todo un sistema de navegación 3D que, si bien puede resultar frustrante en ocasiones, también incide notablemente en esa faceta de rebuscar entre las pruebas, entender el mundo a nuestro alrededor y mimetizarnos con él hasta que ya no nos guarde ningún secreto.

El resultado: uno de los mejores juegos de investigación de los últimos años, con unos personajes carismáticos, una ambientación excelente, y que, sobre todo, nos ayuda a echar un poco menos de menos a nuestras sagas favoritas.

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