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Pequeños detalles: P.T.

Será nuestro pequeño secretito.

"Pequeños detalles" es una serie de artículos dedicados a analizar los elementos individuales, filosofías de diseño y demás aspectos que marcan a videojuegos concretos.

Hace ya unos cuantos años que leí Dios vuelve en una Harley, una de tantas versiones de El caballero de la armadura oxidada con enfoque cristiano, pero eso no importa. Lo que importa es que, en el párrafo que cerraba la novela, la protagonista confesaba que tenía un mal vicio con cada nuevo libro que cogía: leer la última página. Una pequeña ruptura de la cuarta pared para pillarte desprevenido si es que tú, igual que hago yo, curioseas cómo terminará, aunque sea por saber cuántas páginas tardarás en terminar esta obra. Yo también tengo una confesión que hacer: cada vez que termino un videojuego con varios finales, corro a YouTube para ver qué otras rutas me he perdido. La ruta genocida de Undertale, el arco de Kaathe en Dark Souls, el final verdadero de Persona 4 y un larguísimo etcétera compone esta lista que no sabría si llamar de mis vergüenzas o una expresión de mi poca paciencia. No soy de los que vuelven a algo que ya ha visto, es cosa mía.

Pero hay una diferencia entre leer esa última página y entrar en la red de redes para leer especulaciones, teorías y descubrir huevos de pascua que uno pueda y, en efecto, se haya perdido. La página es invariable y está ahí, pero esta búsqueda de más información significa desenterrar secretos que quizá no deberían ser descubiertos de aquella manera. Internet ha cambiado las reglas del juego y, todavía hoy, en cada vez más aspectos de nuestras vidas, sigue cambiándolas, y en esa transición, sobre todo en lo que nos atañe, este nuestro medio, se ha perdido el misterio, la capacidad de descubrir. Hace unas pocas semanas que leía un artículo hablando sobre Frog Fractions 2, una ida de olla que estaba encerrada dentro de otro videojuego a la espera de que alguien lo descubriese por pura coincidencia; una idea graciosa y noble, ese querer conservar la magia de lo verdaderamente oculto, pero ahora que se ha corrido la cortina cualquiera sabe que Frog Fractions 2 existe y que está dentro de Glittermitten Grove. Quizá tú no lo supieras, pero ahora es demasiado tarde. Lo siento.

Ya no existe esa magia que me llevó a pensar cuando era un mocoso que emitían una serie de Crash Bandicoot a las seis de la mañana en Canal +; es algo que puedo comprobar y desmentir con una búsqueda en Google. "Crash Bandicoot serie". Plof. Nada oficial. Pero aunque se haya perdido ese descubrimiento, esa neblina entre la desinformación y el mito, hay un terreno sobre el que se puede jugar. A pesar de que lamentase descubrir que ese misterioso The Phantom Pain fuese la quinta entrega de Metal Gear Solid, hay que reconocerle a Kojima ese espíritu juguetón que llevase a algunos a pensar que un trasplante de cara totalmente independiente del mundillo del videojuego estuviera de alguna manera relacionado con su obra, porque ahora todos sabremos que PT era el Playable Teaser de Silent Hills, pero ese no fue el fin de la discusión.

PT es una obra sobre las expectativas. Matizo: es una obra sobre la subversión de esas mismas expectativas, un título que cambia y se readapta, recordando al respetable que no puede dar nada por sentado, ni siquiera el propio funcionamiento de ese pasillo por el que caminamos permutación tras permutación. Unas veces aparece el espectro de Lisa, otras no, otras hay que esperar, otras hay que encontrar un agujero minúsculo en la pared. Es un terror hacia lo absolutamente desconocido, porque sabemos que quizá haya un espectro esperando a espantarnos, pero no cómo lidiar con él, ni cómo funciona el espacio que habitamos. Es una obra que se resiste a la ayuda de una guía: puedes completar todos los pasos, pero el segmento final, esa llamada que confirma que, en efecto, esto no es sino un aperitivo, es pura especulación. Algunos dicen que hay que caminar un número de pasos y luego esperar. Otros que hay que hacer una determinada ruta. Hay quienes creen que se resuelve hablándole al mando, pero toda la ayuda de internet no ha conseguido que desbloquee esa última cinemática que da carpetazo al proyecto.

Mientras que tantos otros se ocultan, PT quiere ser descubierto. Es un juego que busca e incita la especulación, a preguntarse si el propio significado de esos números que componen al falso estudio responsable, 7780, tienen algún significado, que da pie a artículos por descubrir que Lisa puede aparecer en el sótano que conecta los pasillos y que esa aparición te deja sin linterna. Su intención es ponernos a la defensiva para que iniciemos un contraataque desentrañando sus muchos misterios ¿dónde puede aparecer Lisa? ¿Qué ocurre si te quedas mirando esa bolsa latente en el primerísimo sótano? ¿Por qué lo primero que ves son dos cucarachas copulando? La demo de Resident Evil 7 supo entender esta magia y escondió secretos esperando a que alguien los desenterrara, ese dedo, el final oculto. Internet ha cambiado las reglas del juego y ahora todo puede saberse. Sabemos que hay aliens en Elite: Dangerous, sabemos cómo pueden ser esas animaciones improbables de Battlefield: Hardline y sabemos todo lo que puede saberse sobre Minecraft. PT no puede impedir que internet lo desvele, pero sí puede señalar en otra dirección para indicarnos que nos espera algo mayor y que no se ha dicho la última palabra. El misterio habrá muerto, pero nos queda especular, imaginar, y seré de los que opinan que a Hideo Kojima se le ha ido la perola y está endiosado, pero si me lo permitís, me gustaría pecar y decir que disfruto con sus juegos de humo y espejos. Me gusta saber que ambos tráilers de Death Stranding están conectados de alguna manera y me gusta su forma de hablar sin decir nada. Luego el juego será lo que tenga que ser, igual que hubiera ocurrido con ese Silent Hills que no tendremos nunca, pero al menos nos pillará por sorpresa.

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