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Picross 3D

El aprendiz no logra desbancar al maestro.

La progresión ha sido llevada de una manera muy inteligente (lo cuál deberán reconocer incluso los que lo encuentren fácil en un primer momento), con una curva de dificultad diseñada al milímetro, que cumple lo que todo juego casual debería: permite acceder a cualquiera que desconozca la mecánica del juego con mucha facilidad, pero conforme avanza consigue retar a cualquier jugador tradicional.

Sin embargo, la dificultad es infinitamente inferior a la de su predecesor en 2D, quien además tenía mucho más encanto a la hora de seleccionar las figuras. Parte de la culpa la tiene la falta de acuerdo con Nintendo como en la primera parte, que nos impide ver escenarios oficiales basados en figuras de clave de Nintendo... si bien no es difícil encontrar unas cuantas referencias clarísimas, especialmente en lo concerniente a la saga Zelda.

En líneas generales podemos decir que aunque en la mayoría de situaciones las pistas son suficientes para pasarnos la pantalla, hay muchos niveles que apelarán a que usemos la lógica propia del juego en cuanto a las figuras, que se termina aprendiendo a base de dedicarle horas, para conseguir nuestro objetivo. Cuando buscar ejes de simetría y similares ya no sea suficiente, nos encontraremos con el mayor error del juego: muchos niveles te dejan sin pistas suficientes para avanzar, más allá de usar el ensayo y error para escoger entre dos opciones, obligándote tal vez a reiniciar la partida. No es la tónica general, pero aún así son demasiados los niveles así planteados.

El apartado musical se puede saldar con una sola palabra: cumple. No os esperéis absolutamente ningún alarde, ni en música ni en efectos sonoros, porque están diseñados para estar subordinados a un segundo plano. No van a ponerte nervioso, que viendo ciertos juegos por el estilo ya es un punto a favor, pero eso no quita que la falta de cierto esmero se note.

Picross 3D es un juego que enganchará a propios y extraños con mucha facilidad. Como todo buen puzle, sólo ha necesitado para ello una base sencilla y un diseño de niveles acertado, ambos factores heredados del Picross original. Sin embargo, no posee ni la fuerza ni el carisma de este, y el paso a las 3 dimensiones ha traído consigo un par de problemas extra que achacarle. No son especialmente graves, y no dañan la gran base sobre la que se asienta el juego, pero sí son lo suficiente importantes como para abandonar la senda de la excelencia que había dejado tras de sí Picross DS.

7 / 10

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