Pilotwings Resort
La gran demo técnica de Nintendo 3DS.
Con el lanzamiento de toda consola siempre llega el típico juego cuyo principal objetivo es demostrar las bondades del nuevo sistema. Con Nintendo 3DS, claramente, ese juego es Pilotwings Resort, la tercera entrega de una franquicia poco explotada por la compañía japonesa (solo hubo entregas para SNES y N64) pero recordada con nostalgia por sus seguidores. El regusto que deja su estreno en 3DS, sin embargo, es un poco agridulce: lo que hace lo hace bien, pero da la sensación de que solo es una pequeña parte de un paquete que debería ser mucho mayor. En realidad, pensándolo bien, más que un sabor agridulce lo que te deja es con hambre tras haber terminado el plato.
El objetivo es simple: superar diversas pruebas de vuelo repartidas en varias clases, que se van desbloqueando con estrellas que obtenemos a medida que vamos progresando. Para hacerlo podemos utilizar tres aparatos: una avioneta (el más sencillo de manejar), un ala-delta y un curioso jetpack. El control, reducido al stick analógico y unos pocos botones, es tan sencillo como efectivo: Pilotwings Resort es una delicia en este sentido, siendo algo especialmente patente en el Modo Libre, que permite volar por la isla de Wuhu sin las ataduras que implican las misiones, y cada aparato tiene unas peculiaridades bien marcadas en su manejo. Es fácil iniciarse con ellos, aunque es algo más difícil dominarlos, que se suele decir.
Al principio estas misiones se limitan a cruzar aros, pero poco a poco los objetivos se van ampliando: disparar dianas, aterrizar en plataformas o amerizar junto a la playa e incluso escoltar ovnis en los niveles más avanzados. El sistema controla en todo momento nuestro rendimiento según varios parámetros, y al final nos otorga estrellas (hasta un máximo de tres por misión). La mecánica es sólida, aunque deja entrever sus años: al fin y al cabo en ese sentido esto no deja de ser una puesta al día de un juego originalmente publicado en 1990.
Aún con todo Pilotwings es, probablemente, el título de lanzamiento de 3DS con el que el jugador puede hacerse una mejor idea de las implicaciones que trae consigo la pantalla 3D. El efecto de profundidad es espectacular y bastante pronunciado, siendo útil para medir las distancias con los objetivos a cumplir, aunque es indispensable calibrarlo previamente con el slider. En otros juegos puedes ponerlo sin problemas al máximo, pero con este en concreto es mejor ser conservador para evitar mareos y reacciones adversas.
Aunque una vez funcionando, lo hace a la perfección. Gracias a un buen apartado gráfico (seguramente sea el mejor de los títulos de lanzamiento, con permiso de SSFIV3D) la isla de Wuhu luce con todo su colorista esplendor caribeño, plagada de pequeños detalles y mostrando una más que convincente diferencia entre volar de día o de noche (el ciclo, desgraciadamente, no es en tiempo real). A eso hay que sumarle una notable fluidez en la animación y un frame-rate estable. Pilotwings Resort puede no sorprender si buscas algo tipo 360/PS3, pero desde luego es un salto gigante respecto a lo que ofrecía la DS a nivel visual (pantalla aparte). También es curiosa la opción para tomar fotos de paisajes, que se guardan en formato 3D en la tarjeta de memoria.
El problema es que aún contando con las cuarenta misiones principales y unos cien desafíos adicionales, el contenido que incluye el cartucho es escaso y su duración no va más allá de unas pocas horas (con el pequeño añadido del pique por conseguir las tres estrellas en todas las pruebas). Es difícil comprender, por ejemplo, que solo se haya incluido una isla cuando su antecesor en Nintendo 64 tenía cuatro (más pequeñas, sí, pero con ese plus de variedad) o que no se haya incluido algún vehículo más, ni que fuese como desbloqueable. Sorprende, también, la ausencia de un modo de control alternativo usando el giroscópio. Pero lo que clama al cielo es la ausencia de multijugador y el desaprovechar las inmensas posibilidades que hubiese proporcionado la implementación de StreetPass en el juego. En cierto modo no puedes evitar pensar que Resort es un título que resultaría excelente como descargable, pero que en formato retail tiene poca razón de ser.
Tampoco quiero que se me malinterprete: Pilotwings Resort no es, ni mucho menos, un mal juego. Es entretenido, gráficamente vistoso, cumple a la perfección su cometido como demostración de las capacidades técnicas de la nueva portátil de Nintendo y supone el regreso de una franquicia muy querida por los fans, para qué negarlo. Pero esas bondades se ven eclipsadas por una corta vida útil, una simplicidad que a día de hoy se ve algo desfasada, un nivel de dificultad excesivamente asequible y la sensación de que con un poquito más de tiempo y ganas sus creadores podrían haber sacado un mayor partido a un concepto interesante en sus cimientos.