PlayStation Home
Tierra de nadie al servicio de las masas.
Mientras tanto, firmas como Diesel o Ligne Roset han proporcionado a los usuarios nuevos objetos con los que decorar sus estancias así como llenar el fondo de armario con un catalogo de prendas que se nos sigue antojando algo escaso pero del que Sony ya empieza a sacar cierto beneficio económico. Con motivo de las fiestas navideñas se incluyeron trajes de Santa Claus o un muñeco de nieve, así como indumentarias de Killzone 2 para todos los usuarios americanos que reservaran el juego.
Es evidente que poco a poco el proyecto va tomando forma, las salas de cine, carteles publicitarios y paneles de vídeo se actualizan de manera más o menos constante y en el horizonte se atisban grandes acuerdos comerciales con EA Sports o el hipotético uso que algunas empresas pretenden hacer de Home, como un nuevo método de comunicación mucho más económico y (a priori) efectivo.
La reacción del público en general ha motivado dos grandes bandos cuya encarnizada batalla se puede seguir en riguroso directo a través de sus foros oficiales. Los unos defienden a capa y espada la inmunidad de Home frente a la critica por su condición de beta, algo que el propio Jack Buser (director y principal responsable) ha llegado a plantearse como un concepto indefinido.
Si bien es cierto que aún faltan muchos contenidos y es obvio que se presta a una evolución constante, tampoco es muy conveniente que Sony mantenga ad eternum el san benito de producto inacabado. Por el contrario, los otros se sienten profundamente desengañados, viéndolo como un tiro a ciegas más de la compañía y con el que no tienen ni la más remota idea de que hacer con él. Como suele ocurrir a menudo, parte de la verdad reside en ambas posturas.
Por otro lado, su condición imperante de red social está presentando un importante problema dada la ingente cantidad de chavalería pre-adolescente que la compone. Los acosos constantes a avatares femeninos o temas habituales de conversación así como el panorama de ver numerosos usuarios errantes desperdigados por los rincones no resulta halagüeño, precisamente. Si nos desprendemos de ese componente es razonable que muchos prefieran pasar su tiempo online batallando por Resistance 2 o simplemente gozando de su PS3 con Fallout 3 o Uncharted, ¿no? Por no hablar de que existe un mundo real ahí fuera donde practicar sexo es, como mínimo, probable.
El hecho de pagar por los clubes tampoco resulta alentador, aunque sabemos que Sony toma esto como medida para no saturar los servidores con demasiadas sedes, pero ¿cuál es el beneficio si puedes crearte una lista de amigos y conversar con ellos de temas afines donde te plazca? Lo que de inicio parecía una buena idea para la creación o expansión de clanes no parece que cuaje muy bien con este tipo de decisiones.
Aun falta para la integración de trofeos, incluir modos especiales en juegos exclusivos de PS3 (más allá de espacios temáticos) o permitir la creación de contenido propio. Elementos que sin duda atraerían a un público más maduro y permitirían diversificar la oferta pero que de momento vemos bastante lejos.
Esperemos que Sony no olvide que es precisamente ese sector quien puede hacer de Home un punto de encuentro estimulante para su comunidad. Y a mes vista no parece que se les esté dando muchos motivos para creer que eso es posible. Queda abierto, pues, el debate.