Polémica en torno a Six Days in Fallujah
Veteranos y familiares muestran su repulsa.
No sabemos si era lo que buscaba Konami, pero tras el anuncio del desarrollo de Six Days in Fallujah (un shooter en tercera persona ambientado en la guerra de Irak) el juego ya se ha visto envuelto en una agria polémica con veteranos de guerra y familiares de soldados muertos durante la batalla de 2004.
El padre de un militar muerto en el conflicto declaró al Daily Mail que "considerando las enormes pérdidas humanas durante la guerra de Irak, glorificarlo a través de un videojuego demuestra muy mal gusto. Estos horribles sucesos deberían ser confinados a los anales de la historia, no trivializados y destinados a ser jugados por gente con ganas de emociones fuertes".
Tim Collins, coronel OBE y condecorado en Irak, también demostró su rechazo: "es demasiado pronto para hacer un videojuego sobre una guerra que todavía se está desarrollando, y una respuesta extremadamente frívola a uno de los sucesos más importantes de la historia moderna. Es particularmente insensible dado a lo que ocurrió en Fallujah, por lo que sin duda me opongo al juego".
La verdad es que se trata de un tema delicado. Si bien es cierto que Konami es perfectamente libre de representar el conflicto bélico que quieran, también lo es que los sucesos son muy recientes y comprendemos que haya gente que todavía no esté preparada para revivirlos o que se utilicen en un videojuego. Del mismo modo tampoco debería olvidarse que la batalla de Fallujah fue una de las más sangrientas dentro del marco de la guerra de Irak, de la cual todavía existen dudas sobre su legalidad, lo cual hace el tema todavía más espinoso. Y también conviene recordar que no hemos visto quejas por la distribución de juegos como America's Army (por parte del propio ejército norteamericano), que glorifican y animan a los jóvenes a alistarse en las fuerzas armadas. Habrá que ver cómo evoluciona la situación, pero desde Eurogamer.es no descartamos que el juego acabe sufriendo cambios profundos cuando al final llegue a las tiendas con el fin de suavizar la reacción del público.