Primeras impresiones de Evolve: O colaboras o mueres
El nuevo shooter asimétrico de los creadores de Left 4 Dead.
Si me he quedado con ganas de volver a jugar a algo tras el E3 es de Evolve. El juego de Turtle Rock, los creadores de Left 4 Dead, es de esos de va, una partida más. Y tiene mucha más profundidad de la que aparenta.
La premisa es muy simple, como ya os contábamos en el anterior avance que hicimos. Cuatro jugadores se enfrentan a un monstruo, también controlado por otro jugador; es, pues, una partida asimétrica, con un equipo de cuatro y otro de uno. El monstruo empieza siendo débil y durante los primeros minutos de la partida tiene que alimentarse de la fauna que pobla los escenarios del juego hasta evolucionar un par de veces y ser lo suficientemente fuerte como para poder enfrentarse con garantías a sus rivales. En la demo del E3 a la que jugamos había un nuevo monstruo, el Kraken, que podía volar y lanzar electricidad. Algunos de sus ataques permiten lanzar minas, descargas eléctricas o disparos a distancia.
El monstruo es infalible si se encuentra a alguien cara a cara y solo. Da la impresión de que un jugador experto será casi imbatible si consigue la última evolución. Con un par de puñetazos (o tentaculazos) acabas con el jugador. Por ello es importantísimo el trabajo en equipo; Evolve es, de hecho, de los juegos en los que más se percibe que si no tienes unos compañeros mentalizados y que sepan lo que hay que hacer la partida acabará en un par de minutos. Si se juegan bien pueden alargarse más de veinte. Nos gusta que Take2 y Turtle Rock confíen tanto en los jugadores y en que se tomen en serio el juego, aunque también puede convertirse en un riesgo para el propio juego.
En nuestra partida llevábamos al Trampero, que tiene la clara función de rastrear al monstruo y, luego, atraparlo e inmovilizarlo para que los demás lo eliminen. El Trampero tiene una mascota llamada Lisa, que es como un perro mutante, que rastreaba los pasos del Kraken y nos guiaba hacia donde estaba. Cuando lo encontramos teníamos que lanzar una bola de energía que se desplegaba y marcaba unos muros de los que no se podía escapar. Si conseguíamos acorralar al monstruo era mucho más fácil dispararle, ya que si no, debido a su mayor rapidez y envergadura, lo tiene bastante fácil para salir por patas. El siguiente paso es lanzarle unos ganchos que lo atan al suelo y que lo inmovilizan y, luego, atacarlo desde distintos ángulos. El médico tiene que curar a los demás, por si las moscas, y las clases de asalto, con su lanzallamas y su habilidad de hacerse invencible durante unos segundos, o la de apoyo, han de rematarlo.
Descubrimos demasiado tarde que las habilidades tienen una duración limitada. Estábamos muy confiados de que ganaríamos, teníamos al monstruo acorralado y recibiendo de lo lindo, pero en un despiste se acabó la habilidad que genera los muros que lo atrapan -y que tarda un buen rato en recargarse- y se largó. Volvimos a rastrarlo con Lisa, pero esta vez nos había hecho una emboscada y consiguió eliminar al médico. Y luego al de asalto. Y luego a mi, el trampero. La clase de apoyo poco podía hacer: un tentaculazo acabó con él y el monstruo ganó, contra pronóstico, la partida, y el jugador que lo controlaba saltó de la silla gritando aliviado.
Evolve es difícil de evaluar con una sola partida. De momento podemos decir que es muy divertido. Pero ¿habrá suficientes escenarios? ¿Suficientes monstruos? La pregunta más importante es, sin embargo, ¿mantendrá la gracia tras diez o doce partidas? Necesitamos jugarlo en profundidad y si todo pinta como parece estamos delante de uno de los hits de acción del año, y un juego ideal tanto para jugarlo como para ver partidas por internet. Seguro que se convierte en un fenómeno en plataformas como Twitch o YouTube.