Primeras impresiones de Rainbow Six Siege desde el E3: Ataque y defensa
Jugamos al nuevo shooter de Ubisoft exclusivo de nueva generación y PC.
Este año la sorpresa de la conferencia de Ubisoft ha sido Rainbow Six: Siege, y para no entrar en un espiral de especulaciones sobre si esos gráficos son o no son los finales nos han dejado probarlo y jugar una partida como policías y otra como ladrones.
RS:S es un shooter de acción táctica en primera persona que se centrará en el multijugador y que gira alrededor de un concepto que nos ha gustado mucho: el de la pared que separa a los dos bandos. Cada pantalla empieza con un equipo en un lado de un pared, ya sea de una casa, de un banco o de una oficina. Los policías tienen que traspasar esa pared, y los terroristas tienen que fortificarse en su interior: es una lucha para traspasar esa línea o para contener a los atacantes, un choque de estrategias. La planificación es una parte fundamental de la partida y donde se empieza a decidir quién ganará la ronda.
En la primera ronda jugamos como policías. Durante un minuto podemos mandar unas cámaras montadas en coches teledirigidos dentro de la casa donde unos secuestradores tienen a una rehén. La cooperación entre los miembros del equipo es fundamental para que cada uno cubra la mayor parte posible de la casa: uno al sótano, otro al piso de arriba, otro al comedor... durante ese minuto los terroristas no pueden disparar a los coches, así que la rapidez es clave. Si conseguimos dar con el rehén se nos marcará la posición en la pantalla -no hay minimapa, la localización aparece sobreimpresionada-. Si no lo encontramos nuestro trabajo se multiplicará por mil y será mucho más difícil ganar la ronda, porque el espacio a explorar será más grande y, por lo tanto, las posibilidades de que nos peguen un tiro también.
Durante este minuto los defensores tienen que fortificar su posición. Pudimos comprobarlo en la segunda ronda, en la que éramos terroristas. Podemos bloquear puertas y ventanas con una especie de cortinas blindadas, podemos plantar unos escudos metálicos para cubrirnos... lo más importante es dificultar la entrada de los policías para que les cueste lo máximo posible alcanzar su objetivo.
Empieza la primera ronda. Sabemos que el rehén está en el piso de arriba. El capitán del equipo susurra por el micrófono que los pobres terroristas han dejado la puerta principal al descubierto y que ese es nuestro mejor punto de entrada. Recuerdo perfectamente su voz confiada gritando "¡esta es nuestra, no se han defendido bien!". Somos cinco contra cinco, y todo el equipo avanza sigilosamente cubriendo cada ángulo de la entrada. El capitán da la orden de entrar y tres policías, entre los que me incluyo, atravesamos la entrada. Justo en ese momento hay una explosión tremenda y los tres morimos al instante. El capitán y el otro compañero vivo se repliegan unos metros atrás y, abatidos, admiten que hemos caído de cuatro patas en una trampa enemiga: habían colocado varias cargas de C4 justo detrás de la puerta y las detonaron cuando vieron que íbamos a entrar. La estrategia, como veis, es fundamental.
Una vez dentro de la casa el juego se vuelve mucho más de acción, y hay que ir con extrema cautela porque es de esos en los que un par de balas te matan. Antes de entrar en una habitación es recomendable hablar con los compañeros para que cada uno cubra al otro, o bien disparar granadas cegadoras. También es posible colocar cargas explosivas en paredes o suelos para abrir brechas y encontrar nuevas vías de acceso; este es el segundo punto vital del juego, la destrucción procedural. Esos boquetes sirven también para sorprender a los enemigos, para disparar a través de ellos o para escapar cuando los malos piensan que te tienen atrapado. Es sorprendente la cantidad de posibilidades que te da el poder destruirlo casi todo, tanto ofensivas como defensivas. Solo hemos podido jugar un par de rondas y, por lo tanto, solo hemos podido probar algunas de las armas y accesorios que estarán en el juego final, pero entre silenciadores, cámaras remotas, alambres con pinchos, drones... seguro que el arsenal también amplía considerablemente las posibilidades de cada nivel, así como la clase de personaje que elijamos, que son las clásicas: asalto, con escudo, francotirador, etc.
Rainbow Six: Siege es un shooter diferente, y el retorno de un género que hacía mucha falta. Es de los de ir tranquilos, no apto para los Leroy Jenkins que tienen ganas de entrar a trapo, y diseñado especialmente para PC, Xbox One y PS4. Tenemos muchas ganas de echarle horas y horas, de aprendernos cada escenario al milímetro y de juntar un equipo con el que compenetrarnos y sentirnos cómodos.