Prince of Persia
Los reboots llegan al mundo del videojuego.
Las secuencias de acción, por paradójico que pueda parecer, se alejan del estilo de los reyes del género (God of War, Ninja Gaiden), potenciando los combates contra sólo uno o dos enemigos en detrimento de luchas contra grandes cantidades de monstruos. Se trata de un regreso a los orígenes de la saga, al Prince of Persia original de Jordan Mechner, presente también en el hecho de que no haya una barra de energía y que los combates puedan resolverse con tan sólo uno o dos golpes, tanto en nuestro favor como en nuestra contra. Eso sí, el nuevo planteamiento no evita que en el juego haya multitud de combos diferentes (más de veinte) o que las luchas sean menos espectaculares. De hecho, al concentrar la acción en menos personajes el resultado es menos caótico y más parecido a ofrecer al jugador una experiencia similar a un duelo de sables realista.
Pero seguramente la gran novedad de este nuevo Prince of Persia es el personaje de Elika, ya no sólo desde un punto de vista emocional (algo que queda patente en el tráiler del juego, magníficamente coreografiado con la canción Breathe Me de la australiana Sia Fuller) sino también del jugable. Estamos acostumbrados a secundarios controlados por la máquina que se pierden por el escenario y no siguen nuestros pasos, que estorban en los combates o, simplemente, que jamás responden a las acciones que queremos hacer.
Elika es, más que un personaje secundario, una extensión del Príncipe. Con la simple pulsación de un botón (el triángulo en la versión de PS3) puede ayudarnos a superar un salto imposible, a ejecutar un combo en una lucha o a marcarnos el camino por el que debemos continuar, todo ello en simples acciones contextuales. Y el gran logro de Ubi es que su presencia nunca resulta molesta, porque a diferencia de la mayoría de NPCs que habíamos visto hasta ahora, la IA que controla a Elika es tan efectiva como sutil. Nunca tomará la iniciativa, nunca hará algo que nosotros no queramos que haga ni tampoco se quedará nunca atrás. Está ahí como una ayuda más al jugador, y jamás sobrepasará esa función.
Por si la asistencia de Elika no fuera suficiente, el príncipe posee una nueva arma para su aventura: un guante con garras de metal. Puede ser usado en los combates para acompañar a la espada, pero también tiene su utilidad en las secciones de plataformas, ya que se pueden clavar las garras en la pared para descenderla más lentamente.
A pesar de que la versión de demostración que probamos todavía tenía algunos flecos por pulir y que su duración no ilustraba más que una minúscula parte de la extensión final del juego, nuestras primeras impresiones no pueden ser mejores. Aunque las dudas que pueda despertar el nuevo rumbo tomado por Ubi con una de sus sagas emblema no son pocas, los resultados demuestran que las decisiones que ha tomado el estudio de Montreal son totalmente acertadas. Tan correctas, de hecho, que esperamos que una vez finalizado el desarrollo de Prince of Persia hagan algo similar con Splinter Cell, Rainbow Six o Ghost Recon...
Ubisoft pretende publicar Prince Of Persia estas navidades en Xbox 360, PlayStation 3 y PC. También hay un título de la saga en preparación para Nintendo DS que desarrolla una historia paralela y complementaria a la de las consolas de sobremesa.