El Profesor Layton y la Villa Misteriosa
Elemental, querido Luke.
Resulta curioso, a la par que alarmante, la falta de aventuras gráficas (no necesariamente en su acepción más común) de calidad en Nintendo DS. Una consola con pantalla táctil y un lapiz que ejerce de perfecto puntero resulta ideal para el género, y sin embargo no hemos visto demasiados productos que merezcan la pena a excepción de las excelentes cuatro entregas de la saga Ace Attorney (si todavía no conocéis a Phoenix Wright, estáis tardando demasiado). Ahora, y tras un considerable retraso tras su publicación en Japón y Estados Unidos, llega El Profesor Layton y la Villa Misteriosa, un título llamado a convertirse en un "must have" para Nintendo DS y en una revitalización del género de las aventuras para la portátil de Nintendo.
Detrás del juego se encuentra uno de los equipos de desarrollo con más talento hoy en día en Japón, Level 5. El estudio, comandado por Akihiro Hino, ha trabajado en juegos del calibre de Dragon Quest VIII, Rogue Galaxy, Jeanne d'Arc. Actualmente acaban de publicar White Knight Chronicles, en exclusiva para PS3, y se encuentran trabajando junto a Square Enix en Dragon Quest IX, la primera entrega de la saga diseñada con una consola portátil en mente.
El título que nos ocupa es, precisamente, resultado directo de una de las aficiones de juventud de Akihiro Hino: los libros de puzzles Head Gymnastics. Esta serie, creada por el profesor de la Universidad de Chiba Akira Tago ha vendido en Japón nada menos que doce millones de copias. Su propio creador se ha involucrado en la creación de El Profesor Layton y la Villa Misteriosa, creando treinta nuevos puzzles para el juego y asesorando para convertir muchos de los publicados en la serie Head Gymnastics al particular esquema de control del stylus de Nintendo DS. El resultado es un producto que aúna los pasatiempos clásicos con las aventuras gráficas y un brillante apartado artístico en una combinación que funciona con la precisión de un reloj suizo.
En el juego tomaremos el papel del Profesor Layton, una suerte de detective que parece sacado del siglo XIX con su característico sombrero de copa que viaja acompañado de un joven ayudante llamado Luke. Los paralelismos entre la pareja protagonista y Sherlock Holmes y el doctor Watson no es que sean casuales, es que resultan evidentes. En esta primera entrega su misión es viajar al pueblo de St. Mystere para resolver los numerosos acertijos que les permitirán descubrir el secreto de la herencia del barón Reinhold. Aunque el argumento pueda parecer bastante formulaico, su excelente guión y diálogos le aportan una personalidad y carisma que debería ser la envidia de producciones teóricamente mucho más completas de consolas "mayores" como Wii, PS3 o 360.
Muchos de los puzzles del juego son de tipo visual, aunque también hay unos cuantos que se asemejan a los clásicos acertijos (¿quién no recuerda en La Jungla de Cristal 3 lo de "Yo a Saint Ives iba y conocí a un hombre con 7 mujeres, cada mujer tenía 7 sacos, cada saco 7 gatos y cada gato 7 gatitos. Gatitos, gatos, mujeres y sacos, ¿cuántos a Saint Ives iban? Mi teléfono es 555... y la respuesta. Llámeme en 30 segundos o morirá."?). También tenemos puzzles con figuras geométricas al estilo de los tests de inteligencia u otros que mezclan lógica con matemáticas (otro clásico de la película de John McTiernan: "Debería haber 2 garrafas en la fuente, una de 5 y otra de 3 galones. Llene una de ellas con 4 galones y póngala sobre la báscula. El contador (de la bomba) se parará. Sea exacto, una onza de más o de menos provocará la detonación. Si sigue vivo dentro de 5 minutos, volveremos a hablar."). Ya os podéis hacer una idea...
La dificultad es progresiva (como no podía ser de otra forma) y su curva está bastante bien calibrada, empezando con acertijos relativamente sencillos para terminar con otros que rozan lo infernal, en los que las pistas (que compraremos los picarats - un tipo de moneda - que obtendremos a lo largo del juego) se hacen imprescindibles. Por ejemplo:
"Los siguientes números siguen un determinado patrón. ¿Cuál es el número que falta?"
"12311?1213"
Buena suerte con ese. El problema es que aparentemente la solución parece imposible, y si acabas recurriendo a algún tipo de ayuda se te puede quedar cara de tonto al ver cómo no se te había ocurrido a ti la solución. Pero del mismo modo, la satisfacción que proporciona solventar muchos de los acertijos es una sensación que muy pocos videojuegos son capaces de ofrecer. El juego es maquiavélicamente paradójico en ese sentido.