Avance de Project Cars 3
En busca del público de Forza Motorsport.
Primero, las buenas noticias. En realidad, magníficas noticias: en su tercer intento, Slightly Mad Studios por fin ha conseguido que el control con gamepad en Project Cars sea brillante de serie. Ahora es posible conseguir que el impresionante plantel de coches de Project Cars 3 baile, y lo haga sin que tengas la sensación en ningún momento de perder el control; tienden hacia lo travieso, pero ante cualquier insolencia puedes pisar el freno y aplicar uno o dos contragiros.
Son buenas noticias porque eso significa que los jugadores por fin pueden disfrutar con todo lo que hace brillar a Project Cars. Tienes una lista de circuitos con ubicaciones esotéricas como Cadwell Park o Knockhill, clásicos muy conocidos y lugares históricos como Rouen y también algunas pistas ficticias. Sin embargo, en esta ocasión hay algunas ausencias debido a problemas con las licencias, y parece que no estarán ni Le Mans ni Spa (estoy esperando confirmación sobre esto). Para compensarlo, se introduce el mítico circuito de Interlagos, así como la pista de pruebas de Porsche en Leipzig y un puñado de nuevas ciudades.
Hay una climatología dinámica que permite que un momento estés corriendo entre rayos del sol, al siguiente te enfrentes a un aguacero y finalmente hagas saltar el agua a tu paso al pisar los charcos, todo esto mientras Project Cars siempre luce fantásticamente bien. Es una experiencia audiovisual tremendamente impresionante, con coches que ladran con un poco más de ferocidad y con unos cuerpos que son todavía más brillantes. La primera impresión es alucinante, y lo más cerca que ha estado nunca el juego de superar a Forza.
Superar a Forza es en lo que parece que está obsesionado Project Cars 3. Puede que ya hayas leído algunos de los titulares: el juego deja atrás cosas como el desgaste de los neumáticos, el uso del combustible y las paradas en boxes, alejándose de la simulación para convertirse en algo un poco más accesible. Esto se aprecia también en una campaña que parece que se haya extraído de alguno de los viejos Forza Motorsport, en la que vas adquiriendo tu colección de coches, mejorando vehículos deportivos modestos hasta lograr comprar auténticas bestias, mientras ganas puntos de experiencia a cada paso.
Todo esto está bien, pero a juzgar por las primeras horas, al menos, a veces no acaba de encajar. La IA es cruelmente veloz, incluso en las opciones de dificultad más bajas - o quizás la cruel verdad es que yo soy demasiado lento - lo cual hace que las carreras a veces parezcan más agotadoras que placenteras, algo a lo que tampoco ayuda la ausencia de un botón de rebobinado, algo que es casi un estándar en los juegos de coches actuales. El resultado de todo esto es que la progresión es dolorosamente lenta.
Como tampoco ayuda la extraña sensación de que el manejo de los coches es demasiado parecido para todos. Una crítica que a menudo se hizo de Project Cars 2 era la inconsistencia del manejo a lo largo de todo su garaje, con algunos coches que se sentían genial y otros que necesitaban una vuelta. Ahora el problema es, al menos en estas primeras impresiones, que todo es demasiado consistente. Probé un Supra, un Group 44 Jaguar y un Nissan R89C Group C en el mismo circuito, y todos se conducían de forma demasiado similar, tanto con el pad como con el volante. La sensación, por lo tanto es que la personalidad individual de cada coche se ha perdido por el camino.
Es justo decir que este es un problema que, hasta cierto punto, siempre ha tenido Forza Motorsport, y quizás sea el precio a pagar por crear un juego de carreras que pone sus ojos en un público más amplio, como es claramente el caso de Project Cars 3. El resultado es un título un poco extraño, y será interesante ver cómo acaba resultando todo cuando pueda dedicarle más horas. Ahora mismo me congratula el hecho de que hayan conseguido, por fin, clavar el control de serie con el pad, pero también es cierto que hay otras cosas que tendrás que ajustar si quieres conseguir la experiencia que quieres con Project Cars 3.
Traducción por Josep Maria Sempere.